Lifestyle

Una ley que florece desde el campo: el empoderamiento real de las mujeres rurales

La Asamblea Nacional debate una ley transformadora para las mujeres rurales. Acceso a tierras, créditos, becas, salud y liderazgo político son parte de un paquete legal que busca empoderarlas desde sus territorios, con acciones afirmativas y justicia social.

La Asamblea Nacional avanza en el proyecto de Ley para Garantizar los Derechos y Promover el Empoderamiento de las Mujeres Rurales.
Mujer en la ruralidad La Asamblea Nacional avanza en el proyecto de Ley para Garantizar los Derechos y Promover el Empoderamiento de las Mujeres Rurales. (Presidencia de Ecuador)

¡Buenas noticias para el campo! La Asamblea Nacional del Ecuador avanza en un proyecto de ley que podría marcar un antes y un después en la vida de miles de mujeres rurales. Se trata de la Ley Orgánica para Garantizar los Derechos y Promover el Empoderamiento de las Mujeres Rurales, una iniciativa que no solo reconoce el valor de su trabajo, sino que les ofrece herramientas concretas para transformar sus realidades. ¿Por qué esta ley es tan empoderadora? Porque deja de lado los discursos y pasa a la acción.

PUBLICIDAD

Educación con nombre de mujer rural

Una de las promesas más poderosas de esta ley es el acceso preferencial a la educación técnica y superior. El Estado se compromete a promover becas, cupos especiales y sistemas de ingreso que tomen en cuenta la realidad del campo. Esto implica que universidades públicas y privadas deberán abrir espacios para que niñas, adolescentes y mujeres adultas rurales puedan estudiar sin que la distancia o la economía sean un obstáculo.

¡Imagina todo el potencial que se activa cuando una mujer rural accede a una carrera universitaria y la combina con el conocimiento de la tierra que ya posee!

Créditos y financiamiento: del discurso al dinero real

¿Proyectos productivos en pausa por falta de plata? Esta ley tiene una respuesta: líneas de crédito con condiciones preferenciales, plazos extendidos, tasas de interés diferenciadas y períodos de gracia. Pero no se trata solo de préstamos. El Ministerio de Economía y Finanzas y el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) están llamados a diseñar productos financieros pensados exclusivamente para mujeres rurales.

Y no es opcional: es obligación del Estado garantizar el acceso a estas herramientas. Así, muchas podrán dar el salto de la producción de subsistencia a emprendimientos sostenibles y rentables.

La tierra también es de ellas

Hoy, solo el 25% de las unidades agrícolas está en manos de mujeres. La ley propone acciones afirmativas para revertir esta injusticia histórica: prioridad en la asignación de tierras públicas, acceso preferente a semillas y tecnologías, y programas de asesoría técnica que las acompañen en todo el proceso. Esto no es solo un gesto simbólico: es la base para construir autonomía económica real.

El Estado deberá trabajar junto al Ministerio de Agricultura para que más mujeres rurales tengan su propia tierra, su propio proyecto, su propio sustento.

PUBLICIDAD

Más voces femeninas en los espacios de poder

El liderazgo no es un lujo, es un derecho. Esta ley exige que las mujeres rurales estén presentes en mesas técnicas interinstitucionales, donde se toman decisiones sobre políticas rurales, financiamiento, desarrollo y más. Además, incentiva su participación en gobiernos parroquiales, asociaciones productivas y espacios comunitarios de liderazgo.

El Ministerio de la Mujer y Derechos Humanos deberá garantizar que estas instancias no sean decorativas, sino espacios efectivos de incidencia política.

Salario justo: trabajo igual, pago igual

En el campo también hay brechas salariales. Y grandes. Esta ley establece que el Ministerio de Trabajo debe asegurarse de que se cumpla el principio de igual remuneración por trabajo de igual valor, promoviendo además programas de empleo digno para mujeres rurales, con énfasis en aquellas que son cabeza de hogar, indígenas, afroecuatorianas o viven en condiciones de pobreza.

También se contemplan acciones afirmativas para facilitar su inserción laboral: asesoría técnica, acceso a mercados, tecnología para reducir la carga del trabajo doméstico y espacios de comercialización adecuados.

Salud, violencia y cuidado: no más invisibilidad

El proyecto de ley impulsa la garantía de servicios de salud integral, especialmente en salud sexual y reproductiva, y promueve mecanismos de prevención y atención frente a la violencia de género, que afecta a casi el 60% de las mujeres rurales en Ecuador.

Además, reconoce su trabajo no remunerado en el hogar y exige que el Estado promueva el acceso a tecnologías y servicios comunitarios que reduzcan su sobrecarga de tareas domésticas.

¿Y por qué esta ley es empoderadora?

Porque no se queda en el simbolismo. Porque ataca las raíces de la desigualdad: la falta de tierra, de crédito, de educación, de voz, de tiempo. Porque construye un andamiaje institucional sólido, donde cada ministerio tiene tareas concretas que cumplir. Porque no pide permiso, exige derechos. Y porque pone al centro algo que por mucho tiempo estuvo en los márgenes: la fuerza, inteligencia y resiliencia de las mujeres rurales.

Este 7 de agosto, el pleno de la Asamblea Nacional de Ecuador tratará, en primer debate, este proyecto de ley.

PUBLICIDAD

Tags


Lo Último