La esposa del príncipe Harry, Meghan Markle, está «como pez en el agua» desde que llegó a su ciudad natal, Los Ángeles, tras dejar de ser miembro de la realeza británica, una decisión que los diarios británicos apodaron como «Megxit».
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Su comodidad con su nueva vida se le nota, incluso, en su forma de vestir, de peinarse y de maquillarse, que ahora es mucho más relajada, fresca y juvenil.
En su primera entrevista televisisva, otorgada en mayo pasado a la cadena de televisión estadounidense ABC en el programa Good Morning America, se limitó a hablar de su trabajo en Elephant, el documental de Disney.
Allí acudió con una camisa blanca, en esa búsqueda de un outfit neutral, y el cabello suelto abierto a la mitad, para transmitir la naturalidad y libertad de su presente.
Evento sobre derechos humanos
Más recientemente, Meghan y Harry asistieron a una videoconferencia en la que participaron varias asociaciones juveniles que trabajan con The Queen’s Commonwealth Trust, una organización que se preocupa por la justicia y la igualdad de derechos para la juventud británica.
Allí fue ataviada nuevamente con la camisa blanca, y un peinado también suelto, pero esta vez abierto de lado, igual al que lució hasta 2016 en varias alfombras rojas y durante su trabajo como actriz en la serie Suits.
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Con esa raya a un lado la ex duquesa recupera la apariencia con la que se dio a conocer en Hollywood e incluso participó en sus primeros actos como prometida del príncipe Harry.
En el tiempo que la pareja ejerció funciones como duques de Sussex, Meghan Markle ha llevado su cabello casi siempre recogido, como lo veremos abajo en su época de embarazo.
Casi siempre llevaba moño bajo, recogido o con cola larga también, porque así lo dicta la etiqueta, la seriedad y formalidad que ameritan los actos de la realeza a los que tenían que asistir.
Ahora, con planes de volver parcialmente a Hollywood, Markle va con nueva actitud y su look lo delata.
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