Raquel Guimarães jamás pensó que el camino hacia su peso ideal sería una pesadilla que casi la lleva a la muerte.
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De pesar 120 kilos, alcanzó los 70 kilos a casi dos años de haberse sometido a la operación. Lo que parecía un proceso exitoso, tan sólo era el inicio del tormento.
La estudiante de 22 años pasó rápidamente a pesar 40 kilos, con un cuadro grave de desnutrición y déficit de vitaminas esenciales para el buen funcionamiento del organismo. Todo eso la llevó a perder la movilidad de sus piernas, teniendo incluso problemas de visión, explicó el portal Terra citando a BBC Brasil.
A partir de ese momento pasó meses internada en un hospital, en 2016, recibiendo transfusiones de sangre y alimentación por sonda, tratando de salvar su vida.
Ahora, en 2016, la joven fue capaz de dar sus primeros pasos otra vez, después de 5 años de la operación.
¿Pero qué le ocurrió?
Después del bypass gástrico -cirugía en la que le reducen el estómago a la persona- Rachel tuvo problemas para alimentarse, por lo que no consumía los nutrientes necesarios para estar sana.
Esta situación se agravó de tal forma que desarrolló encefalopatía de Wernicke, causada por una deficiencia grave de vitamina B.
Esta condición no es para nada común, de hecho, es más raro que las muertes tras la operación. Pero el presidente de la Sociedad Brasileña de Cirugía Bariátrica y Metabólica, Marcos Vilas Bôas, enfatizó que los cuidados postoperatorios son indispensables para que el procedimiento sea exitoso.
«Hoy la cirugía es muy segura. Pero es extremadamente importante para todos hacer un seguimiento con equipos multidisciplinarios, con asesoramiento médico, nutricionistas. Y deben informar de inmediato si sienten algo que no es adecuado para la recuperación», señaló.