Una ley en Australia ha ordenado que todas las personas que digan groserías en un lugar público podrán ser multadas y hasta ir a la cárcel. Mientras, nosotros esperamos que no llegue no llegue a nuestro país esta inusual regla.
Aunque para nosotros es de todos los días decir una que otra grosería, más cuando nos sentimos frustrados o muy en confianza. Sin embargo, para ellos sí está penado estos momentos de catarsis.
Ha quedado prohibido decir malas palabras estando en parques, playas o restaurantes de toda Australia.
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«La Ley de delitos sumarios de 1988 establece que «una persona no debe usar lenguaje ofensivo (groserías) en o cerca de parques o lugar público o una escuela», reveló Daily Mail.
Las personas que son descubiertas deben pagar una multa de $660 o hasta deberán hacer 100 horas de servicio comunitario. Una decisión un tanto extrema, al menos para quienes no estamos acostumbrados a estas prohibiciones.
Sobretodo porque a veces y bien empleadas, las malas palabras son un medio de catarsis para quienes las están diciendo. ¿Podrías tú vivir en un país sin groserías?
Al menos los australianos tienen la posibilidad de descargarse en sus casas, o tal vez ya dejaron esta costumbre.