A grandes y chicos les encanta dar una probadita de dulzor después de las comidas o para merendar a media tarde, por eso uno de los postres más queridos son los buñuelos de viento.
Estos deliciosos bocados de sabor tienen su origen en el siglo X, cuando la comunidad de judíos sefardíes los elaboraron unos bollos fritos con harina de trigo que denominan bimuelos, en ocasión de la Janucá.
La introducción de estos bollos en la celebración de Todos los Santos es una modificación cristiana, por la cercanía con la Janucá judía.
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Posteriormente se hicieron muy famosos en Madrid, donde llegaron a ser tan populares como los churros.
También se regalan el día de las vírgenes.
Son originarios de la comunidad valenciana
Y ahora tu puedes hacerlos en la comodida de tu hogar para sorprender a todos o simplemente para regalarte un gustazo.
Ingredientes
1 taza harina de trigo
½ cucharadita de sal
2 cucharaditas de polvo de hornear
1 taza de agua
3 cucharadas de mantequilla
4 huevos
Aceite para freir
Procedimiento
Cierne la harina, sal y polvo de hornear.
Coloca el agua en una cacerola mediana y hierve con la sal y la mantequilla.
Añade la harina y mueve rápidamente hasta que se forme una masa que se despegue de la cacerola.
Retira del fuego y deja enfríar.
Añade los huevos uno a uno, batiendo por unos minutos después de cada adición.
Deja reposar por una hora.
Ten un caldero pequeño con 4 ó 5 pulgadas de aceite para freír caliente.
Vierte los buñuelos por cucharadas en el aceite.
Es preferible que los fría uno a uno o un máximo de dos a la vez.
Los buñuelos subirán a la superficie cuando comiencen a freír.
Con una cuchara grande, vierte aceite por encima.
Los mismos deberán voltear solos.
Cuando tengan un color doradito, remueve y deja escurrir en papel toalla.
Una vez escurridos los colocas en un plato o fuente y les viertes el almíbar que hayas preparado o espolvoreas azúcar.