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El significado de la ‘Superluna azul’ y cómo nos afectarán los dos primeros eclipses del año

Es momento de encender tus sentidos y aclarar tu mente

La Superluna es el fenómeno astronómico en el cual la luna llena coincide con el punto más cercano de su órbita a la Tierra, también conocido como perigeo en la astronomía. Es una luna más grande y luminosa de lo habitual para quienes la vemos desde el planeta Tierra.

Este 31 de enero podremos observar la segunda superluna de este 2018 pero junto a ésta, vendrán cuatro fenómenos: un eclipse lunar, una luna de sangre y una luna azul; coincidencia no se da desde hace 150 años. La última vez que tuvo lugar este fenómeno extraordinario fue en 1866, y la próxima vez que ocurra será el 31 de enero de 2037.

La palabra «eclipse» proviene del latín «eclipsis», que a su vez viene del griego «écleipsis», que significa desaparición. Y esto es precisamente un eclipse: la desaparición transitoria total o parcial de un astro por interposición de otro cuerpo celeste ante los ojos de un observador.

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La Luna representa nuestra vida interior, nuestros sentimientos y emociones, los hábitos más primitivos, ritmos, recuerdos y estados de ánimo y especialmente la forma en que buscamos ese lugar donde nos sentimos seguros. También se asocia con el pasado, la madre, con el instinto maternal o la necesidad de cuidarnos o de cuidar a otros.

¿Qué simboliza la función lunar para la astrología? Las emociones, los sentimientos, el cerebro primitivo, las reacciones desde el miedo, el pasado, lo materno, la memoria y la historia personal. Durante estos fenómenos, es probable que te sientas más sensible de lo normal y que sobrereacciones a tu entorno. Como la luna se encontrará en el signo de Leo, los mecanismos más narcisistas del ser se verán alterados, ya que el eclipse tendrá un efecto directo sobre el autoestima y la personalidad.

Pero este no es un momento de angustia, sino de renovación emocional. Hay que soltar los malos sentimientos, aquellos que no son meramente nuestros sino que hemos adoptado de externos (como la frustración o el enojo). La dependencia, los enojos, la sensación de vacío y soledad, los celos, las envidias, las inseguridades y los capricho deben irse para vivir sin apegos. Se pueden presentar algunos síntomas psicosomáticos como ansiedad y falta de sueño, incluso se puede manifestar algún dolor pasado pero no hay que concentrarse en el malestar sino en definir de dónde provienen para sanarlos desde el punto emocional.

 

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