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Emborrachan a una niña de cuatro años en un restaurante y termina en el hospital

La niña comenzó a actuar de manera muy extraña

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Evelyn Thomas, de cuatro años, se tomó un tercio de su bebida antes de comenzar a manifestar que el jugo que había pedido del menú infantil no era del todo correcta. Se encontraba en un restaurante con su padre, Mark, y su prometida Kathryn Wilson, de 29 años.

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Ambos le habían ordenado que se terminara su bebida, pensando que era un jugo de frutas pero resultó ser un F & B, una bebida a base de vodka, aguardiente de melocotón, jugo de naranja y arándano. Cuando la camarera se dio cuenta del error, regresó a la mesa para advertirles pero la pequeña ya lo había tomado.

Y es que cuando la bebida llegó a la mesa, la pareja no sospechó nada porque «las bebidas infantiles se servían en unos vasos específicos y llevaban unas pajitas distintas a las de los cócteles con alcohol» y así estaba servida.

Sin embargo, cuando la menor comenzó a beber, comenzó a comportarse de manera extraña, aunque los padres no le dieron mayor importancia: «Deja de ser quisquillosa, ¡te encantan los zumos de frutas!», le dijeron.

La pequeña siguió bebiendo hasta que se dio por vencida. Acudió al baño haciéndose del baño, se puso delante del espejo, empezó a reírse y cantar mientras se miraba a sí misma. Los padres no podían creerse el ‘espectáculo’ que su  hija estaba haciendo y por un momento lo tomaron como un juego. «Los niños de cuatro años son graciosos, así que no estábamos seguros de si era el alcohol o simplemente que ella tenía cuatro años. Quería ver si podía caminar, pero ella se tambaleaba», dijo su padre.

«Esto puede haber parecido normal para cualquier otro niño de cuatro años, pero sabía que no era normal para Evelyn.». Alrededor de las 9 p. m,  Mark pidió una porción de pan de ajo para ayudarla a absorber el alcohol pero se negó a comerlo. Kathryn la llevó a su casa y se quedó profundamente dormida, tanto que no podían despertarla así que corrieron al hospital.

Por suerte, el diagnóstico no fue tan alarmante. Los médicos le recomendaron que descansara y durmiera hasta el día siguiente. Cuando se levantó, la pequeña tenía resaca. «Se despertó atontada, ronca y con dolor de cabeza», aseguraron. Por ello, no la llevaron a la escuela hasta después del almuerzo.

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