No es difícil llegar a la Reserva Nacional Río Los Cipreses. Primero hay que ir a Machalí, en la Región de O’Higgins y luego se debe avanzar en auto o en micro poco menos de una hora hacia la cordillera. Del resto se encargan los loros tricahues, quienes con su particular canto le avisan al visitante que ya ha llegado a esta zona protegida.
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Ellos hacen el recibimiento sobre los árboles a un costado de la oficina de administración de Conaf donde todos los turistas deben pasar a registrarse. En ese mismo lugar hay un completo centro cultural que sirve para exhibir las muestras de flora y fauna que se pueden observar en esos parajes además de informar sobre la historia del lugar y su importancia para la zona.

Desde ese punto de entrada quedan cerca de seis kilómetros para llegar a los tres campings: Tricahue, Ranchillo y Los Peumos. Nosotros escogimos hacer este camino a pie pero a mitad del trayecto una camioneta de la Conaf nos ofreció llevarnos hasta el segundo campamento. “¿Qué Torres del Paine?”, preguntó arriba irónicamente el guardaparque que manejaba y nos miró a través del espejo como buscando complicidad.
Y el motivo de la pregunta pudimos entenderlo una vez que llegamos a Ranchillo, el principal camping y que cuenta con una vista privilegiada con la imponente presencia de El Agujereado cuidando todo el inmenso Valle Cachapoal. El guardaparque tenía razón, esta reserva nacional no tiene mucho que envidiarle a otras zonas protegidas del país que son mucho más conocidas.

Pero ese desconocimiento también puede convertirse en un punto a favor; un ejemplo: en nuestro primer día nadie más se quedó en ese mismo camping.
Ranchillo destaca por lo limpio y bien cuidado. Este sector cuenta con baños, duchas, hornillas, mesones, bancas y un pequeño pozón rústico para el baño. Desde este mismo sector se pueden comenzar algunos senderos los cuales permiten observar parte de la fauna silvestre y el bosque esclerófilo. Además hay miradores para poder apreciar todo el valle.

También hay senderos inclusivos, uno de ellos es el Tricahue, habilitado especialmente para visitantes con capacidades diferentes.
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Hasta hace poco, algunos senderos permanecían cerrados debido a la emergencia que vivió parte importante del país por los incendios forestales. Si bien, Río Los Cipreses no se vio directamente afectado, los encargados decidieron clausurar algunos trayectos por el riesgo de que alguno de estos eventos ocurriera.

“Afortunadamente no tuvimos ningún amago de incendio, nada que lamentar dentro de la unidad; pero sí por un tema de precaución se previno y se mantuvo cerrado, pero ya están abietos los senderos en su gran mayoría”, nos explica Jorge Salvo, otro de los guardaparques de la reserva.

Hoy, la Reserva Nacional Río Los Cipreses se alza como uno de los destinos turísticos más importantes de la Región de O’Higgins. Es un verdadero santuario dedicado a la conservación de algunas de las especies de flora y fauna más representativas de la zona central del país. Una muestra del buen trabajo que en este lugar se realiza son los cerca de 3.500 ejemplares de loro tricahue que habitan en esta unidad.
El resto del atractivo lo componen varias especies de flora y fauna, cascadas, senderos para todos los niveles de experiencia e impresionantes vistas del valle y de los paisajes cordilleranos.