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Normandie, un viaje a París sin salir de Providencia

Conocimos este clásico brasserie a la hora del almuerzo. Una maravilla llena de romanticismo.

En 2003 zarpó en Providencia (Santiago, Chile) un proyecto gastronómico que se ha convertido en un punto de encuentro por excelencia, especialmente para los capitalinos amantes de la gastronomía francesa. Les hablo del restaurante brasserie Normandie que debe su nombre al trasatlántico francés que en la década del 30′ fue muy popular en Europa.

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Restaurante Normandie es ya un clásico en este bohemio sector urbano. Por esto mismo, decidí que mi compañera para ir a almorzar debía cialisonline-storeedtop.com ser Roser Fort, Directora de Centro Cultural Alameda, una mujer ligada al arte y la cultura hace más de 20 años.

Este lugar es, sin duda, lo más parecido a París que tenemos en la capital de Chile, evidentemente, el concepto de brasserie se cumple a cabalidad. Los muros con madera dan calidez, los vidrios que separan las mesas amortiguan las intensas conversaciones que se dan en este refugio para románticos.

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Al llegar sonaba Zaz, una cantautora francesa actual que ha conquistado al mundo con su reinterpretación de los clásicos de su país pero evidentemente con un toque contemporáneo. Roser me hizo el comentario de la música porque ella había ido antes y siempre escuchó clásicos parisinos.

Tuvimos la suerte de conocer a Thomas Jenkin, el nuevo administrador de Normandie. Es un joven muy profesional y aunque no lo crean solo tiene 25 años, es buy generic cialis online el nieto del fundador. Nos contó que ciertamente le están dando un toque de renovación al lugar, claro que sin perder su identidad. Sin duda, esta es una gran idea ya que cada vez son más los jóvenes profesionales que pasan al bar por una clásica piscola después del trabajo o que invitan a un cliente también de treintaitantos a comer y tomar algún aperitivo, porque en el Normandie se come bien y también se puede disfrutar buenísimos vinos o simplemente pedir un Cuba Libre que seguro disfrutarás con una buena conversación en la terraza, el lugar por excelencia de los fumadores.

A todos sus clientes los reciben con mantequilla y foie gras cialisgeneric-toped casero. Para comenzar pedimos una Tabla de Quesos Franceses, un imperdible si vas con amigos a tomar una copa de vino. Esta consiste en una combinación de queso gruyer, brie, camembert, azul, tomme y savoyard. Toda esta belleza maridada con un Carmenere fue realmente una maravilla, era como generic viagra si realmente estuviéramos en París.

Entre la conversación y el vino, llegó el momento de escoger el plato principal. Con Roser parecíamos un par de amigas de los años 20 que discutían sobre arte y cultura en un brasserie de Montmartre. Fue bello.

Entonces, para continuar con la atmósfera casi de película, pedimos dos clásicos del Normandie, nos dejamos seducir por la carne de caza. LAPIN À LA CHASSEUR (Conejo a la cazadora) y CANARD À L’ORANGE (Pato a la naranja), ambos tienen un precio de 7.500 pesos chilenos. Realmente muy conveniente. Acompañamos con POMMES RÖSTI (Papas Rôsti -2.500 pesos chilenos la porción).

Sin duda, esta fue la mejor parte de la tarde, flotábamos entre los embriagadores aromas de las carnes mientras brindábamos con un Cabernet Sauvignon. Pura magia.

Ya con los pómulos un poco más rosados que de costumbre, compartimos un CRÊPE NORMANDE (Flambée au calvados), este es un crepe relleno con puré de manzana, caramelizado y flameado. Sin duda, una belleza que cuesta 4.700 pesos chilenos y es perfecto para dos personas.

Para despedirnos el gentil Thomas nos invitó una copa de calvados pere francois, un licor de manzana sumamente aromático que nos terminó de llevar al cielo. Uno de los detalles que más me quedó official canadian pharmacy de esta experiencia fueron los aromas de aquella tarde, se mezclaron y combinaron cialis and viagra online como el mejor perfume francés.

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