Entre el montón de cosas buenas que tiene Japón como cultura, hay una que no me termina de convencer: Japón continúa tratando de convencer a la Comisión Ballenera Internacional (CIO) de que su plan de capturas en la Antártida tiene un estricto carácter científico.
PUBLICIDAD
La CIB pidió a Tokio información que justificase la captura de 333 ballenas minke, que es la cantidad de ballenas propuestas en el plan de este año aunque debieron dejar de cazarlas en la temporada 2014-2015.
Japón es un importante comercializador de carne de ballena, actividad que han disfrazado bajo el nombre de “cacería científica”. El argumento principal de Tokio para cazar ballenas, en especial las minke, es que consideran que la población actual es lo suficientemente grande como para aguantar el número de ejemplares que pretenden ejecutar anualmente.
Recomendados
Los cuatro cristales poderosos con lo que tendrás armonía y protección
Desde una lluvia de meteoros a la Luna de Flores: Los eventos que harán brillar el cielo en...
El significado espiritual del colibrí: qué significa si lo miras o sueñas con él
Los japoneses dicen necesitar ese número de ejemplares, exagerado en mi opinión, para conocer más sobre la edad de la población de las ballenas, con esto se podría definir una cuota que no afecte su supervivencia. Por otro lado, no tendrían nada que estudiar si escucharan las peticiones de la CIB y desistieran seguir cazando.
En el 2014, la Corte Internacional de Justicia calificó de abusiva la cacería científica de Japón ya que los fines comerciales que oculta son muy obvios. Ya que la invitación a dejar a cazar por parte de la CIB no es obligatoria, Japón puede tomar la decisión de seguir cazando de esta manera mientras sigan justificando a medias las matanzas.