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Descubren los asombrosos secretos de los gansos que cruzan el Himalaya

De Mongolia a la india, los ánsares indios recorren 4.500 kilómetros y llegan a alcanzar los 7.290 metros de altura.

Soportando temperaturas de hasta 60 grados bajo cero y evitando las corrientes de viento, unos 100 mil ánsares indios organizados en bandadas cruzan el Himalaya en una de las travesías más asombrosas del planeta, demorándose tan solo seis u ocho horas en todo el trayecto. Desde Mongolia a la India, son 4.500 kilómetros que estos gansos recorren dos veces al año para su proceso de anidación.

Durante décadas los científicos han tratado de develar cómo es posible que estas aves, que en promedio miden entre 70 y 76 centímetros y pesan entre 1,9 y 3,2 kilos, son capaces de lograr tal proeza. Pues ayer la revista Science publicó el primer estudio que ha seguido en detalle una de sus migraciones recogiendo datos fisiológicos: “La estrategia de vuelo en montaña rusa que realizan los ánsares calvos para conservar la energía durante las migraciones del Himalaya”, realizado por un equipo de la Universidad de Bangor (Reino Unido).

Sus conclusiones desmitifican lo que se creía hasta ahora; que los ánsares toman cada vez más altura y la mantienen hasta sobrepasar los ocho mil metros de altura. Mediante sensores que miden la altitud, la frecuencia cardiaca y el número de aleteos por segundo y que fueron implantados en siete ánsares, se logró determinar que la estrategia de vuelo de estas aves es similar al de una montaña rusa.

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Los datos arrojados en 391 horas de vuelo migratorio indicaron que la altitud máxima alcanzada fue de 7.290 metros. Sin embargo, los gansos solo llegan a esas alturas de forma excepcional ya que en promedio no pasan de los 4.707 metros, a la vez que la trayectoria de vuelo es un sube y baja vertiginoso.

La razón es que un vuelo a gran altura obliga a las aves a aletear más rápido, dado que el aire es menos denso y la absorción del oxígeno también se dificulta. En esos momentos, aumenta el ritmo cardiaco de los ánsares y consumen mucha más energía.

Por esto, el primer gran secreto de estos gansos para cruzar el Himalaya es volar lo más bajo que se pueda; bajar y subir.

El segundo, es volar de noche, de madrugada y por la mañana, y evitar volar en la tarde para evitar los vientos más fuertes. Aunque los ánsares aprovechan las corrientes para elevarse, todo el trayecto lo hacen a pulso y fuerza física, sin dejar de aletear en ningún momento.

Por último, el tercer secreto viene dado por la asombrosa fisiología de los ánsares. En general, los gansos tienen una sangre con una enorme afinidad por el oxígeno, unos pulmones un 35% mayores y muchos más vasos sanguíneos en su corazón y sus músculos. Según los datos de la investigación, desde Mongolia a la India el corazón de los ánsares latió 328 latidos por minuto, mientras que en un túnel de viento fue de 450 latidos por minuto. 

A continuación compartimos parte del documental “Nómadas del viento” sobre este increíble viaje.

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