PUBLICIDAD
0 of 22
¿Qué pasa con esos edificios al concluir la fiesta?, ¿quién se encarga de ellos?, ¿cómo los mantienen?, o peor aún, ¿qué sucede si no pueden mantenerlos?
La mayoría de las veces son espacios desperdiciados que quedan en el olvido. La galería de imágenes que te mostramos en este artículo pertenece a las instalaciones olvidadas de los Juegos Olímpicos de Invierno Sochi 2014.
El presupuesto para el evento se estimaba en 320.000 millones de rublos; pero a fin de cuentas la suma total ascendió a 1.526 miles de millones de rublos. La mayor parte de este dinero se destinó a infraestructuras.
Las instalaciones olímpicas costaron sólo 200.000 millones de rublos y el resto se asignó a acondicionar la región para acoger a los visitantes.
Para que te des una idea, la lucha contra la pobreza cuesta 22.000 millones de dólares; el costo de los juegos en Sochi duplicó esta cantidad. Y si bien Rusia no es precisamente un país con problemas económicos, tomando en cuenta las condiciones en las que están ahora las instalaciones me parece un desperdicio de recursos que bien podrían ser utilizados en temas de otra índole.
Aunque claro, hay casos en los cuales estos lugares son aprovechados por los habitantes locales. Tal es el caso de Santo André, una población brasileña donde la Federación Alemana de Fútbol estableció su campamento de preparación en el mundial Brasil 2014. Ahora funcionará como un resort turístico, sostenible y ecológico, con variadas actividades como la pesca y el surf, lo que impulsará el desarrollo de la comunidad de la zona.
PUBLICIDAD
Otro ejemplo es el proyecto llamado Casa Futbol del despacho francés 1Week1Project, que propone evitar que las construcciones se conviertan en elefantes blancos apropiándose de los estadios construidos para el mismo evento deportivo, a través de construcción de módulos habitacionales y de esta manera solucionar el déficit de vivienda e algunas zonas del país.
Esto no quiere decir que el estadio quedará completamente destinado a construir viviendas, sino que puedan utilizarse como un espacio compartido. Es decir, que una parte siga funcionando como estadio y los ingresos del mismo sirvan para la manutención de la parte habitacional.
A mi parecer, lo mejor es darles un uso cultural o deportivo, pero cualquiera que sea el destino de su utilización, seguro es mejor que tenerlos vacíos y sin aprovecharlos.