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El Parque Nacional Kruger abre las ofertas por 500 rinocerontes blancos

Con el ritmo de caza furtiva de rinocerontes, es difícil que haya poder que los salve de la extinción.

La caza furtiva de rinocerontes está fuera de control. El año pasado en Sudáfrica fueron asesinados cerca de 1000 ejemplares, 3 veces más que en 2010. Controlar a los cazadores es una tarea difícil hasta para el Parque Nacional Kruger, donde han matado 531 sólo en lo que va de este año, más de la mitad de los 821 que van en la cuenta del 2014, según datos del gobierno.

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Para conservar a los rinocerontes blancos, el Parque Nacional Kruger está tomando medidas cada vez más drásticas. El parque ha ofertado cerca de 500 rinocerontes a ganaderos particulares para ser adquiridos en bloques de 20 o más. Por raro que parezca, los ganaderos particulares en Sudáfrica son dueños de entre 5.000 y 20.000 rinocerontes ya que tenerlos en tus tierras las hace aptas para el ecoturismo y la caza.

El Kruger es ahora el principal campo para caza furtiva de rinocerontes, no es más un lugar seguro para ellos. Los ganaderos compran rinocerontes para atraer turistas a casas de campo donde pueden observar animales salvajes, también para la caza de trofeos legales que se negocian en un mercado abierto y algunos esperan que en algún momento la comercialización de cuernos se legalice.

A mí me parece alarmante que compren estos animales para algo más que contribuir a su conservación. No me parece aceptable poner en venta la cabeza de uno de estos animales para que acabe colgado en una pared. Lo que realmente me indigna es que se espere que la venta de cuernos sea legal, aún cuando sea “sustentable”. No hay algo que me parezca más egoísta que desear un cuerno que no tiene gracia alguna fuera del animal que lo lleva y mucho menos posee propiedades medicinales como se cree en algunas culturas asiáticas.

Lo triste es que hasta los ganaderos que acostumbran a comprar rinocerontes ven el peligro de cerca y no creen que puedan mantener seguros a sus propios animales dadas las amenazas de los cazadores furtivos. Las ventas del Parque Nacional Kruger no pintan para ser las esperadas y los únicos afectados aquí resultan los animales porque no hay poder que los pueda proteger de la extinción.

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