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7 verdades sobre los alimentos genéticamente modificados

No te dejes engañar por su apariencia o su sabor, conoce los alimentos genéticamente modificados y decide si confiar en ellos o no.

Últimamente escuchamos mucho sobre los alimentos genéticamente modificados y su objetivo de acabar así con el hambre en el mundo. Suena a una idea maravillosa y de ensueño, pero no todo es color de rosa en el mundo de estos alimentos. Existen muchos mitos y realidades de lo que realmente sucede con estos alimentos, así que desenmascaremos algunos de éstos.

1. Causan más alergias

Este es un hecho importante sobre los alimentos genéticamente modificados. Estudios han demostrado que las plantas que producen estos alimentos producen más alergias en ratones. Esto es un mal indicio para cualquier consumidor. Por más que estos alimentos son considerados como seguros, es importante formar alguna opinión sobre si es positivo consumirlos o no.

2. No son sólo plantas

Es muy importante tener en consideración que los alimentos genéticamente modificados no son únicamente plantas. Los animales inyectados con hormonas para que sean más grandes o produzcan más leche también son genéticamente modificados y no muy saludables para quien decida consumirlos.

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3. Ciencia imprecisa

Esta ciencia es bastante novedosa, por lo que aún no se conoce a la perfección y hay mucho detalles desconocidos. Suena un poco a película de ciencia ficción, pero no sabemos los tipos de mutaciones que los alimentos pueden tener gracias a estos cambios en sus genes.

4. Cosechas farmaceúticas

Existen ciertos experimentos entre las compañías farmacéuticas y las modificaciones genéticas en alimentos como el maíz. Esto es más barato y seguro que ciertos métodos de manufactura de algunos medicamentos. Pero, también, puede resultar en una seria contaminación negativa.

5. Hambre mundial

Estos alimentos se promocionan como la solución al hambre mundial, prometiendo que acabará con ella. Realmente por si solos no podrían terminar con el hambre mundial y sería mejor concentrarse en métodos realmente efectivos para cosechar, lo que podría ser de igual valor alimenticio. (Incentivar una alimentación vegetariana es una idea, ya que esta es mucho más sustentanble).

6. No etiquetado

Estos productos no vienen etiquetados, nada te dice que son genéticamente modificados más que su apariencia. Esto es porque en realidad “son lo mismo”.

7. Caro para agricultores

Aunque parece que producir estos alimentos es más barato, dada su producción y tamaño en realidad esto puede resultar más caro para quienes utilizan estas cosechas, porque las semillas que no hayan sido plantadas no pueden reutilizarse, contrario a lo que sucedería con las semillas naturales (¿o deberíamos decir reales?). Algunas de éstas llegan a ser hasta 500 veces más caras que su precio original.

Recuerda que como consumidor tienes la última palabra: consume local, orgánico, en temporada y del mercado. Entre menos se vendan los productos de este tipo, menos se producirán.

Fuente: allwomenstalk

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