Ya sabemos que las termoeléctricas son una gran fuente de contaminación, y que no solo afecta a la flora y fauna, sino que también a los poblados cercanos. Es por eso que la empresa Crystal Lagoons tiene un sistema de enfriamiento sustentable de plantas industriales y termoeléctricas, a través de lagunas cristalinas, que resuelve un problema ambiental de alta importancia como es disminuir el negativo impacto ecológico provocado por los métodos de enfriamientos mediante el mar o cauces naturales de agua, la principal causa de ecocidio, que produce muerte de fauna marina y polución térmica. Esta innovación además, permite el uso de grandes cantidades de energía que hoy se desperdicia en el mar, generando enormes beneficios medioambientales para compañías mineras, de energía e industriales.
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Para este sistema se construye una laguna de unos 5 mil metros cuadrados (que cuesta unos $400 millones, que incluye sistema de interconexiones e infraestructura).
Este sistema, ya aplicado por Endesa Chile en su central termoeléctrica San Isidro, cambia los paradigmas en el mercado energético mundial, iniciando una verdadera revolución en los sistemas de enfriamiento industrial.
Además, Crystal Lagoons tiene un sistema sustentable para tratar agua de procesos industriales, que permite un ahorro significativo de agua por medio de la purificación de grandes volúmenes de recurso hídrico de bajo costo. Este sistema es aplicable a diversas industrias, entre las que destaca el pre-tratamiento de agua salada para procesos de desalación de Osmosis Inversa. Además, permite el desarrollo de industrias que hasta hoy no han sido viables económicamente por sus altos costos, como es el caso de la acuicultura en tierra.
Pese a que este proceso ayuda a que las termoeléctricas tengan mucho menos impacto, aún así deben usar agua limpia, que sabemos que se está acabando, para los sucios procesos de estas industrias, y crear un lago artificial, acabando con toda la flora y fauna de aquel lugar. Realmente, no hay ninguna manera de que estas empresas sean totalmente sustentables, y lo único que queda, cuando ya están construidas y en funcionamiento, es paliar un poco los efectos de su contaminación.
