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De qué forma comer sano se puede transformar en ortorexia

Es la enfermedad que afecta a quienes sufren obsesiones por la comida saludable. ¿Caes en el nivel desmedido de comer sano?

Hoy existen diversas formas de comer; hay quienes se inclinan por dietas vegetarianas, veganas, frutícolas, carnívoras, entre muchas otras. Sobre dietas las hay de las que comes tales tipos de alimentos en días específicos. En fin, así como diversos alimentos existen, también hay personas y gustos.

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Quizá ya se ha encontrado con quienes conocen componentes de tales alimentos y te advierten de algún mal que pueda producir; o aquellas/os que llegan al punto de organizar durante horas cuáles serán las comidas que va a ingerir el siguiente día y cuántas veces debe masticar cada bocado para lograr mejorar la digestión luego de tal alimento. Si bien esto es informativo, el problema reside cuando las personas se obsesionan con la comida saludable cayendo en la llamada ortorexia.

Así lo señala una publicación del diario El País, donde según el especialista en nutrición del Instituto Médico Europeo de Obesidad (IMEO), Rubén Bravo, la ortorexia tiene relación con “el esfuerzo por comer sano y la obsesión por los alimentos dista solo un paso. Desde el punto de vista médico hablamos de un tipo de trastorno obsesivo que lleva al extremo la idea de una alimentación sana. La persona que padece ortorexia desarrolla un control exhaustivo y cada vez más estricto de los compontes de los alimentos, procura ingerir solo comida orgánica, vegetal, no tratada con fertilizantes, sin conservantes, ni grasas saturadas”.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la ortorexia afecta a un 28% de la población de países desarrollados, una cifra que podría ir en aumento, afectando principalmente a mujeres, adolescente y deportistas, personas preocupadas por cada una de las calorías que ingiere. “Estos pacientes suelen presentar un déficit de grasa, hipotensión y problemas cardiovasculares. Desde el punto de vista psicológico, alternan estados de euforia con otros de ansiedad. Y experimentan una falsa autoestima, basada en un sentimiento de superioridad basado en la idea de que su modo de vida es mejor que el del resto”, agrega Bravo.

El investigador señala, además, que en el Instituto son más las personas que llegan para tratar este trastorno, el que a veces viene de la mano de la alcohorexia, son quienes buscan compensar el exceso de calorías de la ingesta de alcohol, reduciendo lo que comen en calorías. “Es un trastorno alimenticio grave que muchas veces termina en un doble deterioro del organismo provocado por la suma del alcoholismo y la desnutrición. Suele ir acompañado de bulimia y las consecuencias son pérdida de concentración, anemia, daño en órganos vitales y un alto riesgo de muerte”.

La obsesión responde a la necesidad de buscar alimentos que sean saludables frente a tantos que se producen en base a químicos que alteran sus nutrientes básicos con el fin de hacer que duren más tiempo. La industria alimenticia y la gran desconfianza frente a su mecanismo, es una de las grandes razones que desencadena este trastorno, donde miles de personas se obsesionan por la comida natural, sin el compuesto artificial tan presente hoy en día.

¿Cuál es una posible solución? Bravo menciona que seguir una dieta mediterránea y no concentrarse en las calorías que se ingieren puede ayudar a no caer en este trastorno. Comer sano es una cosa, obsesionarse con cada bocado es otra.

Fuente: El PaísEl Economista 

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