“Cuando te das cuenta del valor de la vida, uno se preocupa menos por discutir sobre el pasado, y se concentra más en la conservación para el futuro”. — Dian Fossey
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Dian Fossey no fue neutral, en sus 22 años como investigadora luchó fieramente por defender a sus amados gorilas, los cuales lejos de catalogar como instrumento de la búsqueda de tesis, trató como pares logrando ser incluida en la manada, con lo que demostró que las relaciones interespecies existen y dependen la la dedicación y voluntad de los humanos.
Tan relevante fue su quehacer para la academia, siendo una verdadera antropóloga en clave gorila, que su casa de estudios, Karisoke, fundó el Centro Internacional de investigación sobre los gorilas en 1967.
Sus estudios y convivencia la realizó sobre todo en Ruanda donde los cazadores furtivos comenzaron a tenerla también como presa por ser un obstáculo para sus indignos y crueles propósitos, que no son nada menos que comercelos, en un acto que raya en la antropofagia. Fue por eso que esta mujer que se inscribe entre los valuartes de la humanidad, fue asesinada a machetazos en su dormitorio de una cabaña en las montañas de Virunga, el 26 de diciembre de 1985. Sin embargo, los hechos no pudieron ser esclarecidos, puesto que está también la versión que por celos profesionales de su alumno, Wyne McGuire, habría cometido el crimen.
La pasión de la zoóloga estadounidense por su “objeto de estudio”, los gorilas de la montaña,una especie en grave peligro de extinción, inspiraron inclusive a una película comercial sobre su labor que emparentaba íntimamente su vida y su obra científica y que dio origen a un libro de su autoría en 1983, “Gorilas en la Niebla”.
Este es el documental de la grandiosa Dian Fossey
Hoy Doodle, la barra de búsqueda de Google, dedica su diseño a la vida y obra de una mujer.