Las guerras son siempre algo horrible, y que además se usen animales para sus fines bélicos es algo aberrante. En la II Guerra Mundial, en la víspera de la invasión de Normandía, 3 aviones con los miembros de la británica 13° Batallón despegaron hacia Francia. Además de los 60 hombres a bordo, cada avión llevaba 1 perro.
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Los animales han sido usados en muchas guerras. Las palomas como mensajeras, los osos como soldados, al igual que los delfines que transportan explosivos y los perros como detectores de explosivos, como fue el caso del 13° Batallón,donde además se les enseñó a ser vigías, advirtiendo sobre los enemigos, e incluso servir para levantar la moral de los soldados.
En aquellos años, donde la comida escaseaba por culpa de la guerra, la gente estaba feliz de entregar sus mascotas al ejército, ya que sabían que allí no les faltaría nada.

Los soldados enseñaron a los perros a acostumbrarse al ruido de los aviones, disparos y otros sonidos fuertes. Pero para conseguir que saltaran de un avión tuvieron otro tipo de entrenamiento: no se les daba comida ni bebida antes del salto, y el soldado que saltaba junto al perro, llevaba un gran trozo de carne que el can miraba con ansias. Uno de los soldados escribe:
“Después desenrollar mi paracaídas , me volví hacia la línea de vuelo. El perro estaba a unos 30 metros de distancia y estaba oscilando ligeramente. Parecía un poco desconcertado, pero no mostró ningún signo de temor. Lo llamé, y de inmediato se volvió en mi dirección y meneó la cola vigorosamente. El perro aterrizó 80 metros antes que yo, completamente relajado, sin hacer ningún intento de anticipar o resistir el aterrizaje, se dio la vuelta una vez, se puso de pie y se quedó mirando a su alrededor. Yo aterricé a 40 metros y de inmediato corrí hacia él, lo solté y le di la alimentación.”
Pero no todo salía bien. Las guerras son impredecibles, y muchas veces los sorprendía el enemigo, disparando a los paracaidistas y alcanzando a los perros con sus balas, hiriéndolos gravemente, o algunos se separaban del batallón y se perdían para siempre.
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Debemos dejar de pensar que los perros, y los animales en general, son instrumentos para el hombre, que podemos utilizar a nuestro gusto y para nuestro propio beneficio, sin pensar en las consecuencias para ellos. No al especismo. Todos somos hermanos.