No tienen la más mínima compatibilidad. No pueden ser novios y ni siquiera amigos. Cualquier sociedad entre ellos estaría destinada al fracaso y, por supuesto, no se recomienda el matrimonio entre los nativos de ambos signos.
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Cualquier intento entre el Sol, regente de Leo, y Mercurio, regente de Virgo, los llevaría a terribles desacuerdos en todos los terrenos. Los leones buscan el calor y la luz, buscan iluminar a los otros e iluminarse interiormente, mientras los virginianos buscan el orden, la perfección y el triunfo de la mente.
Cuando los leoninos se encienden, los de Virgo están analizando la situación para ver cómo organizan mejor las cosas. Si los de Leo no resisten la tentación y quieren poseer algo, ya sea objeto o persona, los de Virgo evalúan, sopesan y controlan. Estos nativos tampoco podrían ser amigos, ni socios. Mejor, virgencitas y leones, no se acerquen.