En los próximos 40 años el 70% de la población del mundo vivirá en ciudades, generando una concentración demográfica explosiva que plantea numerosos desafíos para las infraestructuras urbanas actuales.
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Sistemas de una ciudad que hasta hoy han operado de forma independiente y aislada, como las redes eléctricas, la distribución de gas, el suministro de agua potable, el transporte público y privado, los edificios comerciales, los hospitales y los hogares, deberán integrarse para crear espacios urbanos más eficientes, habitables y sostenibles.
Alex Bustos, Gerente de Mercado Cities Energy de Schneider Electric, explica que “cada ciudad enfrenta desafíos únicos y no existe un plan que se adapte a todas las necesidades. Sin embargo, hay un enfoque basado en la colaboración, la innovación, la integración y la inteligencia para la acción, que se ha convertido en una forma de partir hacia una ciudad inteligente y que consta de cinco pasos clave”
La clave para lograr que una ciudad sea Smart son los sistemas inteligentes, lo que combina un enfoque de abajo hacia arriba, centrado en los sistemas y con una inteligencia para la acción, de arriba hacia abajo, centrada en los datos.
1: Definir la visión
La colaboración es clave para desarrollar ciudades inteligentes. Estatalmente se deben definir políticas estratégicas que consagren el bien común. Tanto los gobiernos, las administraciones municipales, las empresas y los ciudadanos deben desarrollar y aceptar una visión compartida de su ciudad del futuro.
2: Elegir la tecnología adecuada
Las ciudades deben dar prioridad a sus puntos débiles e identificar los que requieren atención inmediata. Luego, deben conseguir un socio del ámbito de la gestión de energía que evalúe los requisitos y recomiende la tecnología más apropiada.Pero no sólo eso. Es el mismo Estado quien en consulta ciudadana debe definir cuales son las tecnologías más convenientes en términos económicos, sociales y medio ambientales.
3: Integrar los sistemas
Las arquitecturas de los sistemas deben facilitar la captura de datos y permitir compartirlos y analizarlos para mejorar el rendimiento. Esto permite a las ciudades tomar decisiones fundadas y precisas.
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4: Recurrir a modelos de negocio innovadores
Actualmente existen herramientas tales como los contratos de rendimiento de ahorro de energía, lo que permite a las ciudades financiar mejoras sin tener que hacer una gran inversión inicial. Por ejemplo en Alemania, un 51% de energía renovable es de propiedad de los ciudadanos, unos 8,5 millones.
5: Impulsar la colaboración
Las ciudades deben insistir en que los socios de tecnología y energía trabajen en forma colaborativa, para construir soluciones más valiosas a largo plazo. Incluso entre naciones. Es importante diseñar procesos planetarios de acuerdos para definir cómo construir nuestro futuro como civilización.