Son pocos los oasis que se encuentran en los desiertos. Muchos de ellos hicieron posible la evolución social del ser humano; son testigos del desarrollo de grandes civilizaciones. En la actualidad, el ser humano es capaz de aprovechar el suelo desértico para crear espacios ideales capaces sostener la vida, como esos oasis. Algo como lo que planea hacer el gobierno de Sonora, con su proyecto conocido bajo el nombre Plan EcoBosque.
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En el desierto de Altar, al sur del estado, será el escenario que albergue una nueva zona ecológica dedicada a la reproducción de árboles. Un bosque de 100 hectáreas donde se encontrarán plantas y árboles procedentes de diversos ecosistemas; claro, con su correspondiente vivero.
Para sostener con vida el bosque en medio de la nada, se utilizará agua reciclada procedente de la Planta Tratadora de Aguas Residuales (PTAR); creada en principio para evitar derrames de agua proveniente del drenaje al río Colorado. Así la infraestructura dará un paso más a los planes presentados en 1994, cuando se planteó por primera vez la creación de esta zona natural para el aprovechamiento de agua tratada.
El proyecto ambientalista original quedó en papel todos estos años y, ahora, se busca hacerlo realidad. En tanto tiempo hemos visto cambios en términos ecológicos; hemos experimentado casos de éxito y errores de los cuales (quiero creer) aprendimos. Este proyecto tendría que ser replanteado para crear, sí, zonas ecológicas siempre considerando su impacto ambiental.
A mi entender, un proyecto ecológico debería considerar especies endémicas, por lo menos del país, que resulten viables para la zona. En caso de ser especies introducidas, se debe prestar especial atención a las necesidades a satisfacer. No se trata de plantar un árbol y dejarlo crecer; requiere agua, fertilizantes, la cantidad de sol indicada. Varios aspectos a considerar para garantizar el éxito del proyecto. ¿Lo estarán tomando en cuenta?
Link: Equilibrio
Foto: Highqueue (Wikimedia) / dominio público