Hace unos días encontré un video que enfrentaba las grandes diferencias que existen entre el café y el té. Sigo siendo amante del café, de eso no cabe duda.
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Pero cada vez le voy encontrando más beneficios (y sabores) al delicioso té, que cada vez descubro tiene una enorme gama de sabores, preparaciones y elementos saludables. Aunque el café no se queda atrás tampoco.
Yo no creo que haya que elegir uno u otro, pero en definitiva conocer sus diferencias y el hecho de que a veces es bueno, conocer sus beneficios para elegir en que momento inclinarnos por uno u otro. Yo estoy cayendo en el lado oscuro del té, pero cada quien.
El té contra el café
El té fue descubierto unos 3 mil años antes que el café, y en el Medio Oriente aún se celebran las bellísimas ceremonias del té. Además de que viene en un montón de variedades que van del blanco, al negro e incluso flores. Lo que quiere decir que existen muchos sabores diferentes, aunque de este lado estemos descontando las infusiones, porque en realidad no son té.
Tanto el café como el té contienen cafeína, pero las dosis son totalmente diferentes. Mientras que el café te va a levantar por unas cuantas horas la energía, cierto, pero cuando se pase el efecto vas a sentir muy fuerte el “bajón” de energía. En cambio, como la dosis de cafeína está más dosificada ninguno de estos dos efectos será tan violento.
Uno de los puntos a los que sí tenemos que enfrentarnos los amantes del café es que mancha los dientes de un fabuloso color amarillo, mientras que las propiedades del té ayudan a mantener tus dientes más blancos.
Además de ese beneficio, está demostrado que el té ayuda a prevenir el cáncer y que contiene muchos antioxidantes para hacerte sentir y verte muy bien.
Por último, el té es mucho más sencillo de elaborar que el café, y por tanto, también es más barato. El café exige muchos más recursos de nuestra Madre Tierra.
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Ahora, los amantes del café argumentarán que lo que al té le falta es sabor. Yo les diré que eso es porque llevamos muchos años tomando el “de bolsita”, que en realidad no tiene los elementos para hacer que sus tazas tomen ese sabor delicioso. Aunque en general es un poco más de trabajo, esfuércense por hacer la prueba en sitios especializados de té. La diferencia es ENORME, y ya una vez que hayan probado té de verdad, me dicen.
La verdad es que yo no juzgo, desde hace mucho que tomo café y no lo cambiaría tan fácilmente, pero ahora le estoy dando la oportunidad a otras bebidas cuyo sabor también me encanta y que podrían traer más beneficios. O sea, estoy tomando café un poco menos por semana, y me estoy encantando con esta facilidad para descubrir nuevos sabores: ¡Atrévanse!
Foto: Catskills Photography
