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Cuando un espejo se rompe: El origen de la más famosa de las supersticiones

No pasamos la sal en la mano, y que Dios nos libre de que se nos cruce un gato negro. Ni hablar de pasar por debajo de una escalera y así con una serie de creencias.

No pasamos la sal en la mano, y que Dios nos libre de que se nos cruce un gato negro. Ni hablar de pasar por debajo de una escalera y así con una serie de creencias.

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Pero sin duda hay una que nos da terror, ya que podemos vivir un día de mala suerte, pero enfrentarnos a siete años, es algo que nadie quiere.

Se trata de cuando se quiebra un espejo, una de las supersticiones más temidas y la que nos lleva a andar con mucho cuidado con este artículo de belleza.

Pero ¿qué hay de cierto y cuál es el origen de esta creencia? El portal Esoterismos.com contó la historia y acá la relatamos, para que sepas de donde viene esta temida teoría.

El origen de esta superstición es diverso y una de las historia habla de como el origen de romper un espejo y la mala suerte, era una forma de asustar a criados y sirvientes, para que tuvieran más cuidado en lo que hacían.

Por otro lado, está el arte de adivinar el futuro por medio de los espejos o catoptromancia, una forma de abrir una puerta de entrada a los espíritus del más allá. Se supone que al romper un espejo se abría esta puerta de entrada a los espíritus algunos malignos que podrían estar en el otro lado.

El cine ha usado esta superstición en películas como Dentro del Laberinto dirigida por Jim Herson. En una secuencia de la película Sarah ha de cuidar de su hermanito pequeño que llora sin parar. Cansada del llanto de su hermanito, Sarah lo pone frente a un espejo y le pide al Rey de los Goblins (un personaje de su libro favorito) que se lo lleve. Su deseo se verá cumplido y el rey de los Goblins se lleva a su hermano, solo tendrá 13 horas para lograr recuperarlo.

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Por otro lado, está el poder de reflejar la imagen de los espejos. Hace siglos la gente veía su reflejo sobre el agua de ríos, lagos o estanques y llegaban a pensar que el reflejo era parte de ellos. Si mientras estaban contemplando la imagen esta desaparecía al agitarse el agua, pensaban que era su culpa y esto les traería mala suerte. Después cuando se comenzó a usar los espejos al romperse y dejar de reflejar la imagen se asoció a un mal presagio.

En las memorias del filósofo francés Benjamin Constard, se hace mención a la superstición de los espejos relacionada con Napoleón Bonaparte.

Durante una de sus campañas en Italia rompió el cristal del retrato de Josefina. Napoleón no descansó hasta que el emisario que traía el correo hubo llegado sano y salvo, temía que algo le ocurriera. Es probable que Napoleón como tantas otras personas asociara el hecho de la rotura del cristal con algún mal presagio.

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