Algunos artículos necesitan de cualidades muy específicas bajo los requerimientos de fabricación, distribución, almacenaje y finalmente su disposición. Debido a que en la actualidad la tendencia de un mercado responsable con el medio ambiente a detonado la necesidad de adicionar el elemento ecológico, ha surgido la posibilidad de explotar un recurso que hasta ahora no había encontrado el momento de demostrar su verdaderas cualidades, a pesar de la categoría en que el pensamiento convencional lo ha mal ubicado. Este material es el plástico.
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Este material dio origen a la implementación de tecnologías más desarrolladas, generando a su vez nuevas soluciones a los mayores problemas que debe enfrentar un empaque durante su ciclo de vida. Especialmente, se enfatiza el respeto hacia el medio ambiente proporcionado por el reciclado de residuos y aprovechamiento o ahorro de otros recursos naturales empleados para su fabricación.
Hace algunos meses, las campañas contra las bolsas de un solo uso generó cierta confusión en los consumidores, quienes ahora criminalizan a los materiales plásticos como los principales causantes de la crisis ambiental, sin embargo, lo que se debe considerar no es el material, sino el uso y disposición de los empaques que el mismo consumidor tiene para ellos.
Los empaques plásticos tienen una gama de propiedades que pueden ser aprovechadas para contener una amplia categoría productos, desde los comestibles hasta los higiénicos e incluso los medicamentos.
Es un empaque inerte y reciclable, cuya tecnología de producción es la de menor impacto ambiental. Esta es una característica atractiva frente a materiales alternativos. Algunas de las propiedades que hacen del polietileno una materia prima tan conveniente para miles de artículos manufacturados son, entre otras su flexibilidad, durabilidad, es un aislante eléctrico y acústico; con una alta resistencia química y permite una provechosa estabilidad dimensional para su almacenaje y es muy liviano. Permite además una agradable presentación y exhibición a los consumidores.
Permite CONTENER un producto para que quede bien distribuido y conserve su integridad. Es COMPATIBLE para evitar que transmitan aromas y micro organismos al producto; pero especialmente es PRÁCTICO para su manejo por parte del comerciante y transportista, sin olvidar al consumidor.
Retener, significa que el empaque debe conservar todos los atributos del producto. Esta función y la de contener es precisamente el objetivo principal de los empaques para aquellos productos que se exportan para la venta en fresco.
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Se pueden encontrar diferentes alternativas de materiales para empaque, sin embargo, se debe reconocer que cada una de sus cualidades se traduce en un ahorro de espacios, pero y energía durante su ciclo de vida, lo que a su vez se traduce en la reducción de su impacto al medio ambiente durante su elaboración, transportación y disposición final, por ejemplo.
La nueva competencia en el mercado de los empaques plásticos ha motivado la búsqueda de nuevas tecnologías que incrementen la modificación de los polímeros para aumentar sus rendimientos. En medida de esta evolución aunada a la espera del mejor entendimiento de sus verdaderas cualidades medio ambientales serán el mejor resultado para reducir el costo ambiental de la conservación de los productos necesarios para el consumo cotidiano.