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Por qué tomamos las doce uvas en Nochevieja

Conoce las razones por las que tomamos doce uvas el 31 de diciembre para despedir el año. La tradición, por qué surgió y otros motivos.

La historia de por qué tomamos las doce uvas en Nochevieja es bastante controvertida, se sabe porque está documentado que al menos tiene más de 110 años de historia, de hecho la primera documentación escrita data de 1896 cuando en un artículo del 1 de enero se narra cómo el nuevo gobierno había brindado y comido uvas a las doce de la noche para despedirel viejo año y dar la bienvenida al nuevo.

Además es algo bastante sorprendente que se coman uvas el 31 de diciembre puesto que es una fruta que su mejor temporada es el otoño y el frío que hace por esas fechas hace que se congelen y se estropeen. Así que el motivo puede estar en un probable excedente de cosecha, aunque también otros motivos. Veamos la historia.

Unos años antes de 1896, ya en 1882 hubo un bando del Alcalde de Madrid, José Abascal y Carredano, en el que imponía una tasa de 1 duro (cinco pesetas) a todos los que quisieran recibir a los Reyes Magos. Esto se hacía para evitar una tradición en Madrid según la cual se sometia a la burla del pueblo a los forasteros que llegaban a la capital con la creencia de que había que ir a buscar a los Reyes Magos la madrugada del 5 de enero. Con esa intención se bebia y se hacía ruido de madrugada y el alcalde quería evitarlo. Entonces, a modo de protesta los madrileños adelantaron la celebración de esa noche al 31 de diciembre, último día del año, y lo hicieron imitando a los burgueses.

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Estos últimos, una clase que imitaba a la alta sociedad francesa, celebraba sus fiestas comiendo uvas y bebiendo champagne. Una costumbre mucho más antigua. Así que los madrileños salieron a la Puerta del Sol e hicieron lo mismo, unos días antes de la prohibición de celebrar el 5 de enero, ya que 5 pesetas de entonces era una suma que nadie normal podía pagar.

Con el paso del tiempo esta forma de queja se convierte en tradición y de ahí que la primera documentación real se considere la de 1896. De hecho, la prensa madrileña de 1897 ya comentaba que era una “costumbre madrileña comer doce uvas al dar las doce horas en el reloj que separa el año saliente del entrante”. Más tarde a las doce uvas se las consideraba como las uvas milagrosas.

En 1902 se considera el año como en el que la “tradición” madrileña pasa al resto de España. En tenerife está documentado que los lugareños comen las doce uvas descrito como tal: “Todos decimos lo mismo, y cuando llega la noche de San Silvestre, nos proveemos de estrechos para damas y caballeros, compramos doce uvas por barba y nos disponemos a comerlas (una por cada campanada de las 12), en compañía de la dama, con quién hayamos salido estrechados.”

Sobre el excedente de uvas

Extrañamente se piensa que el inicio de toda la tradición viene de 1909. Tal vez sea el año en el que se consumen doce uvas en toda España de forma masiva pero también está documentado que hay un exceso de producción en la zona de levante, Murcia y Alicante, y que aprovecharon la coyuntura para sacarlas al mercado bajo el nombre de las “uvas de la suerte” o “uvas milagrosas”.

La cuestión es que ni las carreteras eran las que ahora, por no decir que ni había carreteras, ni había medios de comunicación para que la publicidad de este hecho se extendiese. Por lo que tal vez sí hubo excedente pero la tradición ya tenía que estar en marcha desde años antes para que se pudiese celebrar de forma masiva. Es decir, que el excedente fue lo de menos.

Tal vez el excedente abarató el precio de la uva y consiguió popularizar este método de celebración que hasta entonces había sido algo más exclusivo de los burgueses y la aristocracia.

El nombre de las “uvas de la buena suerte” puede ser debido por un lado a una acción comercial, pero por otro a que tal vez fuese bien visto por los agricultores el haber tenido un año tan bueno de cosecha y que fuese visto como unas uvas que les iban a traer abundancia y prosperidad.

Entre los años 20 y 40 del siglo pasado se establece un método de producción que consiste en envolver los racimos en bolsas y esto retrasa la maduración un mes, para que estén en su punto a finales de año.

Hoy en día es una tradición que de un modo u otro se ha extendido a buena parte del mundo, aunque predominantemente se hace en España y en otros países de comen otro tipo de uvas, como las pasas, debido a la época del año.

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