Nunca se debe tirar la comida que sobra, siempre se deben buscar alternativas. En especial ante el consumo exagerado que hacemos en Navidad tenemos que buscar alternativas. Y es que por más que intentemos ajustar la comida que hacemos en función de las personas que seremos en la cena, siempre sobrará algo.
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Parece como que nos tenemos que juntar para comer y comer hasta reventar en lugar de hacerlo de forma más racional. Va en nuestra propia forma de ser y ante eso es difícil luchar. Así que hoy queremos daros algunos consejos para aprovechar la comida de Navidad.
Conservar bien es la mejor forma de aprovechar
Lo primero que debemos hacer será conservar bien todo lo que hemos cocinado y ha sobrado. Por ejemplo, los asados lo mejor es envasar bien y congelar por un lado la carne y por otro lado las salsas. Si son piezas enteras lo mejor es filetear o deshuesar por raciones para que en el caso de que queramos comerlo tal cual en otro momento otro día podamos descongelar solo lo que realmente necesitemos.
Si han sobrado platos que estaban montados ya, podremos tirar aquellos elementos que no se vayan a conservar bien, como por ejemplo tartaletas, panes, etc. Y conservar la parte principal, esos langostinos al ajillo, o la ensaladilla, etc. Por lo general hay cosas que no aceptan ser congeladas y que al descongelarse se estropean, a este tipo de ingredientes les daremos salida antes porque aguantaran en frío solo dos o tres días más.
Otro tipo de cosas, como por ejemplo pescados asados. Lo mejor es quitar espinas y piel y desmigar, y congelar de ese modo hasta darle otro uso. Pueden ser croquetas o para farsas que utilizaremos como rellenos en canelones o lasañas. Aunque para mi, la mejor forma de utilizar un pescado ya cocinado es haciendo unas croquetas. Además a las croquetas se le pueden añadir los langostinos o gambas que han sobrado, troceadas y a la mezcla.
Volvemos con los asados sin hueso y pieza enteras. Ya los hemos fileteado y congelado por raciones. La salsa la hemos guardado en un recipiente y congelado a parte. La salsa la podemos utilizar poco a poco para condimentar otros platos o filetes que vayamos haciendo. La carne asada fileteada la podemos emplear también como farsa en rellenos, como carne para croquetas o incluso para hacer bocadillos y sandwiches.
En el caso de las carnes asadas que tienen hueso, como no tenemos prevista la alternativa de comer, por ejemplo, cordero de forma interminable durante días, lo mejor es deshuesar como os dije antes. Y podemos emplear esta carne deshuesada para hacer arroces por ejemplo, o pizzas. Incluso como picadillo para sopas o guarniciones de cremas o consomés.
Las posibilidades que tenemos son infinitas a la hora de aprovechar las sobras navideñas. Aunque de verdad, lo mejor es pensar bien qué vamos a cocinar, cómo lo vamos a cocinar, y sobre todo la cantidad que haremos. Ajustemos al máximo para intentar que no sobre y que de ese modo acabe en la basura lo menos posible.