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«Se pueden escribir cinco líneas que destruirían la civilización», escribió el prestigioso astrofísico Fred Hoyle. Esas líneas quizá formen parte de algunos de los textos «demasiado peligrosos» que han desaparecido sin dejar rastro o fueron sistemáticamente destruidos o censurados a lo largo de la Historia, como El Libro de Toth, que da poder sobre la materia, el Manuscrito Voynich, que explica como usar la energía estelar, o la Esteganografía de Tritemo, que enseña cómo hipnotizar a distancia.
Se calcula que en el gran incendio de la Biblioteca de Alejandría se quemó medio millón de obras que contenían el conocimiento científico de civilizaciones extintas, pero aquellos no son los únicos textos que podrían cambiar nuestra concepción del mundo y que han desaparecido.
Aunque algunos textos no han sido escamoteados de la lectura pública por la acción del fuego, sino por grupos interesados en que nunca salgan a la luz.
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Esta es al menos la opinión del escritor francés Jacques Bergier y de muchos investigadores que sostienen que la destrucción y la censura sistemática del saber científico a lo largo de la Historia han sido y son una cuestión mucho más real que literaria.
Los libros prohibidos han inspirado a muchos escritores como el norteamericano H. P. Lovecraft, que en sus «Mitos de Cthulú» menciona el «Necronomicón» que condensa la magia cósmica, o el italiano Humberto Ecco, que en «El nombre de la Rosa», narra una historia medieval de intrigas sobre una biblioteca de obras condenadas guardada por monjes inquisidores en un convento.
«Estoy persuadido de que se pueden escribir cinco líneas, y no más, que destruirían la civilización», ha escrito el prestigioso astrofísico británico Fred Hoyle, fallecido hace poco y considerado uno de los grandes «herejes» de la ciencia, por sus teorías sobre el origen extraterrestre de la vida en nuestro mundo y por su afirmación de que jamás existió la gran explosión o «Big Bang» que presuntamente ha originado el Universo.
Los libros malditos
Para Jacques Bergier muchas de las palabras prohibidas que alude Hoyle están en los textos que el escritor francés ha descrito en su trabajo «Los libros malditos» («Les livres maudits»), el cual se ha convertido en una obra de referencia entre los aficionados a los conocimientos esotéricos y el saber oculto.
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