El origen de la cerveza mundialmente conocida como Pilsner o Pilsener, data de la ciudad donde nació Plzen (o Pilsen) en la parte occidental de República Checa, la ex Checoslovaquia y antiguamente parte del Reino Bohemio. La cerveza Pilsner fue elaborada por primera vez por allá en 1840 cuando los ciudadanos, cerveceros y fabricantes de malta de Plzen formaron una asociación de fabricantes de cerveza y la llamaron la Cerveceria Burguesa de Pilsen (Plzeňský Prazdroj).
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Allí comenzaron a elaborar una cerveza con una concentración un poco más alta de lúpulo, que la mayoría de las cervezas de su tipo. Esta se hizo conocida con el nombre del pueblo y marcó un estándar dentro de las cervezas tipo lager. Se dice que hoy ocho de cada diez cervezas que se producen a nivel internacional, utilizan la base de formulación que creó la casa cervecera de Pilsen.
Las pilsner (también conocidas como pilsner Bohemia) son elaboradas con el lúpulo Saaz que le otorga su amargor un tanto picante característico y sus aromas y gustos florales. Además, este lúpulo es más suave que otros, lo que produce una cerveza con gusto limpio y suave.
Son cervezas transparentes, con un rango de color que va del amarillo paja al dorado. En la boca su suavidad y acidez otorgan un paladar limpio y con presencia de malta a veces. Su entrada puede ser dulce, frutal y suave, pero al beberla se siente el amargor del lúpulo, junto a un toque seco, lo que la hace una cerveza que no aburre. Generalmente tienen entre 4,5º y 5,5º.
Si quieres probar la verdadera Pilsner, una buena recomendación es la Pilsner Urquell que como su nombre lo dice es la receta original de la cervecería del pueblo de Pilsen.
Fuente: The Beer Advocate y The Beer Daily.