Una curiosidad para algunos, crueldad para otros y para muchos una muestra fehaciente de que todo lo vivo del universo siente y padece del dolor y el afán de supervivencia. Esta almeja nos demuestra que incluso animales sin sentidos visibles, son similares al resto que posee por ejemplo una cara, lo que al hacernos sentir identificados puede interceder en nuestras decisiones alimenticias. A veces, gracias…
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Me encantan los mariscos y la verdad es que las almejas son uno de mis favoritos dado además de su increíble aporte nutricional, pero no deja de darme tristeza ver este video. El marisco comienza a comer la sal sobre la mesa, en el intento desesperado por sobrevivir fuera de su hábitat natural: el mar. De todas formas varios de nuestros lectores expertos, que tienen conocimientos en Biología Marina, indican que esto es solo una descripción sensacionalista de muchos medios de comunicación, ya que la almeja así se traslada en el fondo del mar. Sin embargo, al ver estas imágenes, este animal que nada más es visto en su dimensión gastronómica comienza a revelar su naturaleza viva y por lo tanto sensible.
Vía: 24 Horas