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Ana Stipicic: “Está completamente deslegitimado el sistema de evaluación ambiental”

En una entrevista en profundidad a la activista de Alerta Isla Riesco, recorremos su historia, la pelea contra la minería del carbón y las termoeléctricas, sus sueños, deseos y reflexiones respecto a cómo se hacen las cosas en materia medioambiental en Chile.

Ana Stipicic, comenzó hace dos años atrás, la lucha en contra de la explotación minera del carbón en Isla Riesco, en Magallanes, donde ella y su familia tienen una estancia. Es la activista y vocera emblemática de Alerta Isla Riesco y ha puesto en el tapete temas tan sensibles como la política energética, o la ausencia de ella, en Chile.

En esta entrevista en profundidad con Veo Verde, recorremos su historia, la pelea contra la minería del carbón y las termoeléctricas, sus sueños, deseos y reflexiones respecto a cómo se hacen las cosas en materia medio ambiental en este país.

Veo Verde: Tus eres magallánica ¿Cuáles son tus recuerdos de infancia?

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Ana Stipicic: Yo nací en Punta Arenas por lo tanto mi infancia está teñida por el frio, por la nieve, por las piernas congeladas, y por paisaje muy especial sobretodo en los amaneceres y atardeceres. Eso es Punta Arenas, donde pasaba mis días de la vida normal, del colegio, pero más aún está teñida por Isla Riesco. A mí me llevaron a Isla Riesco a los 3 meses de nacida…

VV: ¿Cuál es tu relación con este lugar?

AS: Mi abuelo compro tierras en Isla Riesco hace casi 60 años atrás. Y por lo tanto es parte normal de la existencia de mi familia. Mi padre y nosotros crecimos ahí, entonces era la continuación de mi casa. Durante la semana íbamos al colegio en Punta Arenas, y llegado el viernes nos íbamos a Isla Riesco, como también las vacaciones de invierno y de verano. A mí me da risa, porque la gente se iba al norte o al extranjero y nosotros nos íbamos a Isla Riesco. Para nosotros eso era el descanso, el disfrute, lo rico. Y eso fue toda la vida. Además no íbamos solo de vacaciones, sino a trabajar. Aprendimos a marcar a los vacunos, a esquilar a las ovejas, a sembrar, a cuidar a los pollos. En definitiva éramos uno con el peón en la estancia.

VV: ¿Y en qué está ahora Isla Riesco?

AS: Sigue siendo nuestra casa. Ahí vive mi hermano y es ahí donde llegamos cuando viajamos a Magallanes. No llegamos a Punta Arenas, llegamos directamente a la casa en Isla Riesco.

VV: ¿Cómo ha cambiado a la llegada de la Minera Invierno?

AS: Es un poco como Avatar.  Isla Riesco era un lugar muy tranquilo, pasaban pocos autos. En el verano con suerte cinco o seis autos diarios por los caminos de tierra interiores. Hoy día tienes cada 20 o 30 minutos comitivas de gigantescos camiones mineros, los mismos que se utilizan en Chuquicamata. Es impresionante. El polvo que levantan por kilómetros y kilómetros cada media hora. Esto sucede porque se está construyendo el puerto  y la mina. Todavía no tenemos el efecto de tener una minera a cielo abierto funcionando las 24 horas del día sin parar, durante 10, 12, 15 años. Ahora sólo tenemos el efecto del inicio del proyecto, que es la construcción.

VV ¿Cuántas personas son las afectadas con todo esto?

AS: En En la Comuna de Río Verde habitan unas 300 personas. Isla Riesco unas 100 personas, que viven muy dispersas en 30 estancias ganaderas.  No hay pueblo en Isla Riesco, hay estancias. Entonces esto ha hecho que sea más difícil pelear. Estás separado por muchos kilómetros de tu vecino. Hay muchos que no sienten que haya problema, pero eso es ahora que se está construyendo la primera mina. Sin embargo, cuando se terminen de construir las cinco minas dispersas por toda la parte habitable de Isla Riesco, ahí todos van a tener problemas. Ahora los más afectados somos los del ala norte y los contiguos al camino continental, porque es por ahí por donde se hacen todas las operaciones: se traen materiales para la instalación, se trasladan los desechos tóxicos, la basura, el combustible, va por el mismo camino.

Hoy está afectando a este grupo de personas, pero luego a Conaf (Corporación Nacional Forestal), al Parque Marino Francisco Coloane, a las pinguineras. La posibilidad de impacto negativo en la isla es muy alta, dado los errores del proyecto. Es ahí cuando ya esté hecho cuando van a gritar todos ellos, pero lo van a hacer muy tarde.

VV: ¿Cuáles han sido tus principales detractores desde el comienzo de esta lucha contra el proyecto de la Minera Invierno?

AS: Copec -Ultra Mar, por supuesto, con el enorme lobby que han montado en Magallanes, que desde hace muchos años es impresionante. Quieren convencer a los magallánicos de que este proyecto es bueno para la región, pudiendo neutralizar cualquier oposición. Para esto han venido jugando muy bien sus piezas. Hicieron alianza con la Universidad de Magallanes, han contactado distintos actores sociales como el premio nacional de historia Mateo Martinic, empresarios connotados de la región para que hagan lobby, derivando recursos a juntas de vecinos, a bomberos, a la Municipalidad de Río Verde en plena evaluación Medio Ambiental. El lobby está concentrado en esta zona, porque no querían que se supiera del proyecto fuera de la región. Entonces cuando nosotros decidimos luchar y armar Alerta Isla Riesco, sacando el tema de la región, obviamente les molestó y comenzaron a competir. Si sacábamos un spot, ellos sacaban otro, cuando montamos la página web, ellos hicieron lo mismo. Nos han venido siguiendo. El tema es que nosotros no podemos pagar comunicación en los diarios, en las radios o la televisión. Por eso cada vez que alguien se interesa en debatir ahí estamos, pero sin recursos.

VV: ¿Qué enfoque tiene el discurso comunicacional del proyecto Isla Riesco?

AS: La primera estrategia fue irse contra de los ganaderos, pero después cambiaron porque se dieron cuenta que se estaban echando encima a sus vecinos, quienes estaban desarrollando honestamente una actividad productiva hace más de cien años. Eso no es correcto, no es respetuoso, por eso comenzaron a negociar con los ganaderos.

Pero la campaña comunicacional es que Isla Riesco no vale la pena, que está todo quemado, que ellos vienen a salvar Isla Riesco con sus planes de reforestación. Y aquí hago eco de lo que dice Marcelo Mena porque su discurso en la columna escrita en Qué Pasa, es un discurso de las mineras, porque eso no es así. Es cosa de ir a Isla Riesco y ver que no es así, cualquier chileno que se lo proponga se va a dar cuenta de esto. Sí, se hicieron mal las cosas hace 60 años atrás, cuando la práctica ganadera obligaba a quemar, pero eso ya no es así hace mucho tiempo. Entonces decir que Isla Riesco es esto, y solo es eso, es estar faltando a la verdad.

VV: ¿Cómo les gustaría que se desarrollara esta pugna entre ambas visiones?

AS: Yo siempre he creído que estas peleas hay que darlas con respeto. Y hay que darlas con hechos y argumentos. Eso es lo que nosotros hemos estado pidiendo. Yo en ningún momento ataco a Copec-Ultramar, no me interesa. El currículo de las empresas habla por sí solo. Yo no ataco a los titulares del proyecto, trato de llamar la atención a los que están haciendo algo por Chile, a preguntarles si realmente, con la conciencia de sus corazones, esto es bueno para Isla Riesco, para Magallanes y para Chile. Recibir ataques personales es jugar muy bajo, cuando ya no tienes argumentos.

VV: A pesar de todo esto han logrado cambiar bastante este proyecto ¿Qué cosas relevantes han cambiado en él?

AS: Fue muy difícil comenzar a trabajar, por que como ciudadanos comunes y corrientes no entendíamos cómo funcionaba el sistema. Creíamos cándidamente que si nosotros participábamos, nuestras consideraciones iban a ser consideradas. Y era una enorme frustración darnos cuenta que nada de esto daba resultado. Una vez que ya encontramos las formas, pudimos cambiar varias cosas del proyecto inicial, con la entrega de estudios y documentos de gente muchas veces que lo hacía ad-honorem. Conama (Comision Nacional del Medio Ambiente) hizo eco de estos estudios, luego debió pasar al comité de ministros,  y finalmente se le hizo observaciones y exigencias al proyecto, todo esto gracias al trabajo de nosotros. De todas formas los ministros dejaron aspectos muy relevantes fuera, es por eso que los estamos peleando en tribunales. Y así continuamos en esto.

VV: ¿Cuáles son los costos de ser la sociedad civil la encargada de defenderse de proyectos tan grandes como este?

AS: Siento que no ha sido justa esta pelea, que ha sido muy desequilibrado las herramientas y los poderes que tenemos para enfrentar todo esto y poner nuestros argumentos sobre la mesa. Siento que el lobby y los intereses son los que realmente gobiernan las decisiones de lo que se hace y lo que no, más allá de las consideraciones técnicas. Y esto es así para todos los proyectos ambientales que existen en Chile.

Aun así creo que estamos ganando espacios, y lo que estamos haciendo es trazar un camino que quizás sirva para que sea más fácil para otros. Estamos sentando precedentes.

VV: ¿Se pueden separar aguas en lo que es el proyecto extractivo en Isla Riesco, el proyecto que faena el carbón, el que lo traslada y finalmente el que lo convierte en energía en las termoeléctricas?

AS: No se debió haber separado nunca el proyecto extractivo del proyecto puerto, que muele el carbón generando un nivel de dispersión de partículas contaminantes muy grave. Este es uno de los principales errores del proyecto, que demarca dos actividades que son una sola. No tiene sentido. Este es un gran fraude. Es lo mismo que se está haciendo en HidroAysén con la represa y el tendido eléctrico, cuando no tiene sentido el uno sin el otro.

Entonces cuando tú burlas la ley, porque el espíritu de la ley dicta que debieran ser evaluados en su conjunto, yo me pregunto si se espera alguna vez evaluar las 5 minas en su conjunto. Hasta ahora pienso que se continuará evaluando por separado, minera 1, minera 2, minera 3, minera 4, minera 5 y puerto 1. Dentro de la visualización estratégica del tema socioambiental en nuestro país, y el tema de una matriz energética sustentable, el proyecto de Isla Riesco no puede ser separado del impacto medioambiental de las termoeléctricas. Con el aporte de Isla Riesco se alimentarán al menos siete termoeléctricas, que además son situadas en lugares altamente contaminados. Ni siquiera se estudia el impacto que causará la calidad del carbón que se quemará, siendo tan simple. Estamos hablando de sentido común. No hay regulación respecto a la calidad del combustible que se emplea en Chile. Acá se puede quemar el petcoke. ¿Qué es eso? Si en todo el mundo ya está prohibido, pero como acá no hay regulación, se utiliza como combustible.

VV: Todo esto está en conocimiento de la autoridad, por supuesto…

AS: Recibimos un informe sobre el manejo medio ambiental que tienen las empresas, basado en estudios de Corfo (Corporación de Fomento Fabril) y el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin),  es decir información pública, y se lo hicimos llegar al comité de ministros para decirles “mire esto, no es lo que dice el informe de impacto ambiental de Isla Riesco”. ¡Dónde están las observaciones de Sernageomin! El Sernageomin no hizo nada.

VV: ¿Esto responde derechamente al lobby minero? Conocemos por un cable de Wikileaks dado a conocer por Ciper, que el embajador de Estados Unidos habría presionado en el gobierno de Michelle Bachelet para la aprobación de la termoeléctrica Campiche en Puchuncaví, gracias a la modificación de la ley por medio del decreto 68 promulgada el 31 de diciembre de 2009, además, los abogados (Hinzpeter-Boffil) y lobbystas (Cristina Bitar) son los mismos que asesoraron en el proyecto Castilla…

AS: Es una vergüenza. ¿Cómo no va a existir indignación en nuestro país? Está completamente deslegitimado el sistema de evaluación ambiental. Es difícil tener esperanza en la nueva institucionalidad ambiental, con todo esto. ¿Cómo va a funcionar? No hay regulación para el lobby. ¿Cómo aseguramos entonces que estos intereses, esta presión, estas amistades, no influyen en los informes técnicos?  Sinceremos de una vez por todas este asunto. ¿Son decisiones técnicas, políticas, económicas? ¿Hemos aprendido algo, cual es el plan para no seguirlo haciendo igual de mal?

Las señales no son buenas. Entregamos un extenso documento llamado ““Chile necesita una gran reforma energética” y luego el presidente Piñera, presenta un proyecto donde no se acogen nuestras propuestas y se mantiene y aumentan las energías fósiles. Nombrar de Ministro de Energía subrogante a Sergio del Campo, y ratificar en el cargo a Jorge Bunster, personas tan comprometidas con empresas ligadas a la energía… estas no son buenas señales para la ciudadanía, estas no son buenas señales de que se quieran hacer las cosas de manera distinta. Está bien que las cosas no se pueden cambiar de un día para otro ¿Pero, dónde están las buenas señales?

VV: ¿Cómo te parece que se ha comportando en materia medio ambiental la minera estatal CODELCO?

AS: Ellos deberían ser el ejemplo de cuidado de la gente, del medio ambiente y el patrimonio de todos los chilenos. Ellos debieran poner la vara para que las empresas nacionales y extranjeras estén mirando el “cómo se hace”. Tú cuando vas a Ventanas, te impresionas de cómo convive el parque industrial y la comunidad. Es urgente intervenir con fuerza ahí, porque es tan evidente la contaminación que llega a ser vergonzoso. Ya lo supimos por el caso de la Escuela La Greda con la refinería de Codelco a sus espaldas, y la termoeléctrica Campiche, que está a menos de un kilómetro. ¿Qué es eso? Yo entiendo que hay muchas responsabilidades que no pueden ser asumidas por este gobierno, pero existen responsabilidades cruzadas. Y este gobierno continúa exactamente con la misma política. No sé quién va a tener el coraje para hacerlo. Para enemistarse, para cambiar, para perder buenos negocios. Es difícil. Cada vez que me muevo más en este ambiente comprendo más cómo se hacen las cosas en este país.

 VV: Si pudieras pedir tres deseos en el tema medio ambiental. Dale con tres completamente soñadores, y tres realistas, “en la medida de lo posible”.

AS: Que Isla Riesco no se haga. Que la humanidad se de cuenta que ya estamos en una cuenta regresiva, que traspasamos un límite respecto a cómo habitamos la tierra. Y que en algún momento miremos todo eso que existe a parte del ser humano y sintamos una igualdad de condición. Que se acabe un poco esa soberbia de creer que todo está a nuestro servicio. Este sistema capitalista que tanto hemos construido, tan depredador y poco humano, es su sentido más profundo. El capitalismo nos ha desnaturalizado un montón. Esos serían mis deseos más idealistas.

Con respecto a los otros. El año pasado se hicieron varios estudios sobre Puchuncaví y el caso de La Greda, de esa forma se conoció el impacto en las personas de esta actividad contaminante. ¿Por qué no hacer estos exámenes en los habitantes del Valle del Huasco? Se continúan manejando los informes de hace 20 años. ¿Porqué alguna institución estatal, intenacional, fundación, ong, no se encarga de levantar la realidad de Huasco?  Ese es un sueño realista. Otros sueño realista es que se tomen en cuenta todos los argumentos que hemos puesto en el tema de Isla Riesco. Que alguien independiente, que no le lleguen las presiones, estudie nuestros argumentos y que diga que el estudio de Impacto Ambiental está nulo, que no sirve, y , que por lo menos, hay que hacerlo de nuevo. El otro sueño realista, es que Chile decida qué quiere hacer para obtener energía, y para qué. Qué, cómo y para qué. En una democracia esto sería factible pensando en el bien común en un largo plazo. Pero son sueños, por más realistas, por más que lo hagamos con argumentos sobre la mesa, porque hay que sincerar este tema, que a todas luces se decide respecto a criterios económicos.

 

 

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