Los coletazos del dragón rojo son capaces de afectar la economía mundial con la naturalidad de un estornudo. La más grande potencia, con una historia tan antigua como el propio planeta, siempre ha estado a la cabeza de los procesos político-culturales. Esta vez ha tenido que responder a las demandas desarrollistas, y lo ha hecho con impecable maestría…salvo que la alegoría al futuro con sus miles de billones de toneladas de hormigón, pone en riesgo su,hasta ahora, para la opinión internacional, admirable fusión capitalista-comunista.
PUBLICIDAD
El perfeccionismo y rigurosidad china está quedando en entredicho puesto que Shanghai, la capital económica del gigante asiático, se está hundiendo dado al peso de sus más de 3 mil rascacielos de más de 24 pisos de altura, o aún más imponentes, como el Shanghai World Financial Center, con 492 metros, siendo la edificación más alta de China, el mirador más cercano al cielo del mundo. Además, ya se empina sobre los habitantes la poderosa Shanghai Tower, que alcanzará los 632 metros de altura, para hacerlos sentir aun más pequeños.
Shanghai no es Manhattan , tiene una estructura esponjosa influida por el alza en el nivel del mar, que desde hace varias décadas afecta la estabilidad de las construcciones con la subsidencia o hundimiento paulatino. Según el Instituto Geológico de Shanghai, el récord se registró en 1965, un año en el que el nivel cayó 11 centímetros. En 2007, sin embargo, el Gobierno aseguró que la ciudad solo retrocedió 6,8 milímetros, un dato que disputan otras fuentes, llegando a una media por año de unos 4 centímetros.
Aún de todo esto, las construcciones están lejos de acabar. Además, el tiempo para el hundimiento parece ser lejano todavía. Recién en el 2070 se agravaría el impacto del factor del alza del nivel de mar y el hundimiento de la tierra. Y una vez que eso suceda, 4 siglos para que los más altos rascacielos, sean consumidos por las fauces de la tierra.
Fuente: Shanghai se hunde (El País)