La caleta de Totoralillo Sur, ubicada en las cercanías de Los Vilos, fue la primera caleta que acogió en su lecho marino a nuevas semillas de erizo rojo con las que se pretende recuperar este recurso marino en 10 caletas de la región de Coquimbo. Se trata del programa más grande de recuperación de este recurso marino que se ha realizado en Chile y contempla la siembra de 400 mil semillas, lo cual beneficiará a unas 400 personas que viven de la pesca artesanal.
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Desde mediados de la década de 1970 la extracción del erizo rojo experimentó un explosivo aumento, convirtiéndolo en uno de los recursos pesqueros más importantes del país. Sin embargo, esto también trajo consigo su sobreexplotación. Para revertir esta tendencia, La Fundación Minera Los Pelambres y el Centro de Investigaciones Marinas Quintay (CIMARQ) de la U. Andrés Bello, con el apoyo de CORFO Innova, desarrolló este proyecto de recuperación.
La iniciativa contempló el cultivo de 200 mil semillas de erizo rojo en los estanques de la estación científica de CIMARQ en Quintay, las cuales están comenzando a ser trasladadas a las caletas. Las otras 200 mil fueron compradas en zonas aledañas a las caletas repobladas y provienen del ambiente marino.
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Además, se enseñará a los pescadores los protocolos que deben aplicar para incorporar las semillas al ambiente marino y las técnicas de muestreo para dar seguimiento a los ejemplares sembrados.
“El erizo rojo es un recurso muy valioso para las comunidades pesqueras a lo largo de todo nuestro país. Con su siembra en sectores donde fue sobreexplotado y con la directa participación de los pescadores, no solo contribuimos al futuro de esas comunidades, además sembramos en ellas la noción de que la sustentabilidad de los recursos es una tarea de la cual ellos también forman parte”, explica Pablo Bonati, experto del Centro de Investigaciones Marinas Quintay (CIMARQ) de la U. Andrés Bello y encargado de este proyecto.
La iniciativa significa una inversión de 234 millones de pesos, financiados por Corfo Innova, Fundación Minera los Pelambres y la U. Andrés Bello. Los desafíos futuros de los investigadores están enfocados en lograr que las tasas de permanencia de los individuos repoblados aumenten. Para esto usarán diversas técnicas, entre ellas métodos de marcaje de fácil detección y aplicación, además de la medición del aporte de los erizos repoblados a la recuperación de bancos naturales.