Paul Curtis, mejor conocido como Moose, es un conocido artista del grafitti callejero pero un poco diferente a los demás pues no utiliza pintura en spray ni ningún otro tipo de colorante. Con la ayuda de pedazos de tela viejos y líquido limpiador crea una especie de grafitti invertido.
Las formas y paisajes que crea emergen de la suciedad y contaminación de las superficies de las urbes: paredes, callejones, letreros, etc. Él se autoproclama el “maestro de la suciedad” y su arte busca concientizar respecto a la contaminación con la que convivimos todos los días.
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Varias veces la policía ha intentado detenerlo supuestamente por dañar propiedad de la ciudad pero él se defiende diciendo que lo único que ha dañado es suciedad y quienes debieran ser señalados culpables son los que crearon esa suciedad.
Sus obras están llenas de mensajes ecológicos y sociales que son difíciles de ignorar, no solo por su naturaleza sino también por la belleza de las mismas.
Fuente: 35 greatest works of reversed graffiti (Environmental Grafitti)