¡Atención! ¡Comenzó la temporada de las caídas de borrachos! … pero de los loros cuello rojo de Darwin (norte de Australia), que al comenzar la temporada húmeda en aquel país se desprenden de los árboles donde habitan como si realmente estuvieran bajo los efectos del alcohol.
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Cada año a fines de la estación seca y el comienzo de la húmeda en octubre-noviembre, cientos de loros de cuello rojo (Trichoglossus rubritorquis), caen de los cielos de la ciudad de Darwin con características muy parecidas a los chilenos que celebraron las fiestas patrias, con el exceso de costumbre, durante los días festivos.
Pese a que no se tiene una explicación certera de este fenómeno en las aves, algunos especialistas hablan de una enfermedad o virus, que combinados con la ingesta de alcohol producto de la fermentación de algunas frutas, alteraría las funciones motrices del ave, como volar.
Lamentablemente, según explican los expertos, el fenómeno es más complejo que una simple resaca que se puede quitar bebiendo abundante agua y una buena sal efervescente, ya que en los loritos puede durar varios días borrachos.
Los habitantes están cada vez más entrenados para este evento, ya que la población de loros es cada vez mayor, y saben que cuando ocurra la lluvia de aves, a los damnificados hay que llevarlos a los hospitales veterinarios locales más cercanos, donde los médicos buscan desembriagarlos con a una dieta compuesta por frutas frescas y atole dulce. Las aves borrachas tardan unos días en recuperarse y volver a volar en libertad.
Pese al tratamiento humorístico que se le puede dar al tema, la situación puede ser bastante dramática para algunas de estas aves, ya que pueden caer y tambalearse por las calles, quedando expuestas a los peligro de la selva de cemento de Australia. De hecho, la mitad de los loros que están en su refugio con estos síntomas muere.