Los cartones para envasar alimento se utilizan en múltiples productos: jugos, vinos, conservas, sobres de sopa y más. Por sus características, son livianos, flexibles y muy versátiles, y tienen además la ventaja de ser aptos para el reciclaje.
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En la actualidad, en países desarrollados, este material -compuesto por papel, aluminio y plástico- se desecha en contenedores diferenciados y se procesa en plantas que separan la fibra de papel (reciclable) de las láminas de aluminio y plástico (no reciclables) consiguiendo reutilizar aproximadamente el 70% del material total.
En esta noticia les contaremos cómo, por primera vez a nivel mundial, Barcelona inaugurará una planta que permite reutilizar el 100% del material.
La vanguardista planta de reciclaje se llama Clean, y el proyecto mediante el cual se llevó a cabo (bautizado apropiadamente como Project Clean) fue desarrollado por el consorcio PALWaste Recycling una alianza estratégica entre StoraEnso Barcelona (filial catalana de una multinacional dedicada a los envases de tetrabrick) y Alucha, una firma barcelonesa de innovación tecnológica. Las instalaciones de Clean estarán en Castellbisbal, provincia de Barcelona, y darán trabajo a unas 15 personas para reciclar unas 30.000 toneladas de bricks al año.
¿Cómo funciona este sistema, inédito a nivel mundial? Según nos enteramos, luego de separar el papel mediante cámaras de vapor, el remanente de aluminio y plástico es llevado a una cámara anaeróbica en donde, mediante un proceso llamado pirólisis, se produce la evaporación de la lámina plástica mientras que el aluminio permanece inalterado. El metal se redistribuye a las industrias que lo usan como insumo (la misma StoraEnso entre otras) mientras que el plástico evaporado se utiliza como un gas combustible.
Este gas de plástico se quema generando energía eléctrica y calor. La energía eléctrica es inyectada en el sistema de distribución interconectado, y el calor es utilizado para generar el vapor con que opera la sección que separa el papel, en la primera parte del proceso. En resumen, el sistema es autónomo a nivel energético y no emite residuos al medio ambiente.
Tenemos claro que el sistema no es absolutamente autocontenido (lo cual violaría el principio de conservación de la energía) puesto que para volver a convertir las fibras de papel reciclado y el aluminio en un nuevo envase de tetra hay que añadir más energía y una nueva capa de plástico para sustituir el que se ha evaporado.
El proyecto ya recibió el premio The Best of the Best del Programa Life Environment del Parlamento Europeo, pero más importante que los galardones será verlo funcionando y, de tener éxito, verlo replicado en el resto del planeta.
Link: Pioneros en el reciclaje total de los ‘tetrabricks’ (Cinco Días)