La legislación ambiental chilena, todos lo sabemos, es de las más permisivas del mundo. Esto significa que las empresas pueden contaminar sin fiscalización previa ni juicio posterior, pero, apelando a las buenas intenciones de los empresarios, IKOM ha traído a Chile una tecnología que les permitirá conocer sus niveles de emisión de contaminantes de forma rápida y segura.
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Se trata de LIDAR, una pequeña máquina que mide la cantidad de contaminación en un radio de hasta 15 kilómetros, perfecto para instalar en los alrededores de una industria minera o hidroeléctrica. En sólo 10 minutos, esta maquinita puede realizar un acabado análisis de contaminación, datos que servirían a las empresas para mejorar sus políticas ambientales.
LIDAR mide la cantidad, la masa y el tamaño de moléculas en suspensión, como polvo, humo, vapor, niebla, además de concentraciones de contaminantes PM1, 2, 5 y 10, que son los que se analizan para medir los niveles de contaminación atmosférica en las ciudades, o sea, el smog.
Esta tecnología ya se ha utilizado en Santiago de Chile, específicamente en las alturas del edificio Titanuim, en Vitacura, donde meteorólogos de la Dirección Meteorológica de Chile han estado monitoreando las condiciones atmosféricas de la capital.
Celebramos la existencia de este tecnología, pero la pregunta más importante es si las empresas estarán realmente dispuestas a hacer algo por mejorar sus niveles de contaminación, ya que hasta el momento el Chile las políticas ambientales son poco respetadas y la fiscalización prácticamente inútil, especialmente ahí donde hay intereses políticos mediando.
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