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Paraguay: Detectan deforestación ilegal con imágenes satelitales

Ya en varias oportunidades hemos comentado la difícil situación en que se encuentran los indígenas de la amazonía, quienes han visto cómo el capital terrateniente destruye literalmente su hábitat, transformando la selva histórica en prados donde criar vacas y crecer soya. La primera imagen y la siguiente, son de la zona del norte de Paraguay, en el Chaco, donde aun hoy miles de indígenas viven de forma nómade en la selva:

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En menos de 2 meses, más de 4mil hectáreas de bosque se transformaron en prado, lo que significa derribar todos los árboles, y dejar el terreno completamente limpio de vegetación. En Veoverde mostramos hace un tiempo cómo, a través de GoogleMaps, se puede ver perfectamente enormes zonas deforestadas, y esta noticia no hace más que reafirmar la situación.

Los indígenas que viven en la zona deforestada tienen que buscar nuevas zonas donde vivir, lejos de sus lugares tradicionales, viéndose obligados muchas veces a emigrar a las ciudades, con lo que se destruyen rápidamente las tradiciones.

Los aborígenes de esta zona son los Ayoreo-Totobiegosode, grupo no contactado por la civilización occidental durante más de 4 siglos de invasión. El primero contacto fue durante los años 40 y 50 del siglo pasado, pero los ayoreo resistieron la invasión. Entre el ’79 y el ’86, grupos de invasores estadounidenses organizaron “cacerías humanas”, donde se asesinaron a muchos indígenas, quienes finalmente abandonaron ese sector de la selva, emigrando al norte.

Aunque la legislación paraguaya explicita que los indígenas tienen derecho a la propiedad de sus tierras ancestrales, el capital terrateniente (ricos paraguayos y empresas ganaderas brasileñas) han bloqueado las leyes y siguen apropiándose de los terrenos indígenas.

Lo peor es el método con el que invaden el territorio ayoreo. Llegan con retroexcavadoras y destruyen las casas y derriban los árboles sin previo aviso. Le hacen eso a grupos indígenas que no conocen ciudades ni autos ni motores, grupos que nunca han tenido relación con la civilización occidental, cuyo único hogar es la selva. Es como si enormes máquinas vinieran a botar nuestros edificios.

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