Esta mañana Japón sufrió el terremoto más grande registrado en su historia. Sólo es comparable con el de 1923 en Gran Kanto, cuando la magnitud de 7,9 grados mató a más de 140mil personas. Este sismo, con 8,9 grados en la escala de Richter, se convirtió en el séptimo movimiento más fuerte registrado sobre el planeta.
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A 10 kilómetros de profundidad, y a unos 100 al oriente de la costa japonesa, frente a Osaki, el temblor se sintió en gran parte de la isla. Muchas construcciones sufrieron daños, como caída de techos, dejando a cientos de japoneses atrapados entre los escombros. En Tokio, los pasajeros del metro no podían sostenerse en pie y aun a esta hora se ven enormes filas de personas intentando abordar el transporte público para volver a sus hogares.
Lo más grave fue el maremoto que chocó con las costa nipona unos 15 minutos después del seísmo. Las olas de entre siete y diez metros arrasaron poblados y zonas agrícolas, provocando una enorme destrucción y una fuerte merma al sector productivo. Las imágenes muestran las olas echando abajo casas con facilidad, y llevándose cientos de automóviles.
En toda la costa del Océano Pacífico se están dando las alertas preventivas de tsunami, desde Rusia a Nueva Zelanda, hasta Chile y Estados Unidos. Se espera que las olas arriben a las islas filipinas muy pronto, para lo que las autoridades ordenaron evacuar todas las zonas costeras. Las autoridades chilenas han declarado la alerta temprana de tsunami, para lo que algunas municipalidades han suspendido las clases en colegios.
El Ministerio del Interior chileno dijo que están esperando que la ola llegue a Hawái, para ver cómo está avanzando y tomar las medidas correspondientes.
