Durante este verano, el llamado invierno altiplánico ha afectado a Bolivia en reiteradas oportunidades. Ya a fines de enero 28 personas perdieron la vida en la crecida de un río en el estado de Chuquisaca, cuando los automóviles en los que viajaban fueron arrastrados por las aguas.
Ahora el fenómeno de La Niña ha afectado casi transversalmente a todas las regiones del país altiplánico. Desde Tarija hasta Beni, y de Santa Cruz a La Paz, decenas de desprendimientos de tierra, aludes y desbordes de ríos han dejado sin hogar a decenas de miles de personas.
Las autoridades meteorológicas del Estado Plurinacional de Bolivia, no ven signos de una retirada de las lluvias, y prevén que se mantendrán por lo menos hasta fines de marzo. Los estados más afectados son Cochabamba y La Paz, donde se registra un 90% de los damnificados.
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En el sector Valle de las Flores de La Paz, después de un intenso día de lluvias, la colina donde se encontraban las casas y edificios colapsó, quedó partida en dos, y el asfalto de las calles quedó “partido como rompecabezas”; los edificios se derrumbaron y unas 4 mil familiasquedaron sin hogar sólo en ese sector de la capital boliviana.
Además de los problemas citadinos que ha causado la pluviosidad, los altiplánicos están viendo mermada su agricultura, con al menos 3000 áreas de cultivo afectadas, y con las papas, habas y trigo perdidos en el agua.
En La Paz, el mayor problema es con los ríos subterráneos que recorren la ciudad, que son más de 200, y las lluvias los desbordan… hacia arriba.