Imagínese conduciendo por un automóvil, preocupadísimo de no chocar con ningún otro auto, de no atropellar a nadie, el cinturón de seguridad puesto, la guagua bien instalada en su silla para bebés, las luces encendidas, señalizando en casa viraje, velocidad moderada. Todo muy bien. El problema es que con los ciclistas la preocupación tiene que ser otra. Cuando se mira por los espejos retrovisores, por ejemplo, para ver dónde están los autos que vienen atrás, si no se pone especial atención en una bicicleta es muy probable que, concentrado en los autos, no la vea.
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Si no me cree, vea este video que hizo el departamento de transporte de Londres:
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