Las políticas energéticas del gobierno de Felipe Calderón están afectando negativamente el medio ambiente, especialmente en Ciudad de México, una de las capitales con más smog del mundo. Esto según un informe del Centro de Documentación, Información y Análisis de la Cámara de Diputados de los aztecas, donde se asegura que el aumento en el precio de los combustibles ha obligado a la población a comprar bencina más barata, la Magna, que contamina mucho más que la Premium. La primera, contiene hasta 500 partes por millón de azufre, mientras que la Premium contiene entre 250 y 300.
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Por otro lado, en el ‘Análisis de los precios y de los Subsidios a las Gasolinas y el Diesel, 2007-2010’, los diputados mexicanos criticaron el modelo de subsidios a las gasolinas por tener un carácter regresivo, que beneficia a los hogares con más altos ingresos. Así, sólo un 2,8% del subsidio total fue destinado a los hogares con ingresos más bajos, mientras que casi un 20% se concentró en beneficio de hogares con altos ingresos.
Cuidar el medio ambiente de forma personal no sólo ayuda a salvar el planeta, sino también a ahorrar dinero (apagando la luz y la llave del agua baja el precio de las cuentas). De la misma forma, para un gobierno, la tarea de proteger el medio ambiente no tiene que ver sólo con mantener reservas naturales o reforestar bosques, también tiene que ver con el método a través del cual se distribuye la riqueza, la pobreza y la contaminación. No por ser pobre hay que estar obligado a contaminar más, ¿o sí?