De los siete mil millones de personas que habitamos el planeta, 1600 millones no tienen acceso a la electricidad. Un sistema energético que segrega a más de un quinto de la población no puede ser sostenible, sobre todo tomando en cuenta el nivel de crecimiento de la demanda de electricidad y los graves daños medioambientales que causa la mayoría de los sistemas de producción de energía que se utilizan en la actualidad.
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Por eso, durante la Cumbre Mundial de Energía del Futuro, foro desarrollado por la ONU en la capital de los Emiratos Árabes Unidos, el Secretario General, Ban Ki-moon afirmó que se está haciendo necesaria una revolución en términos energéticos, de forma no sólo de obtener energías más limpias y renovables, sino también de hacerla accesible para todos.
Frente a los más de 3 mil delegados de todo el mundo que se hicieron presenten en Abu Dhabi, el surcoreano afirmó que una verdadera revolución energética ayudará a minimizar los efectos del cambio climático, a reducir la pobreza, eliminar las desigualdades sociales y mejorar los estándares de salud a nivel mundial.
Afirmó además que en los próximos veinte años la demanda por electricidad aumentará en un 40%, y que gracias a los acuerdos firmados por más de doscientos países en la cumbre de Cancún, se creó un fondo para ayudar a los países pobres a combatir los efectos del cambio climático de la deforestación.
Con tanto llamado, ojalá los gobiernos se pongan las pilas y de una vez por todas las promesas de reducir los índices de emisiones contaminantes se transformen en noticias. Ojalá las noticias dejaran de ser sólo llamados y empezaran a se hechos.