A punto de abrir una fábrica de helados. Y no es broma. En la mañana preparé este sorbete de naranja y lo único que he hecho es imaginar sabores posibles.
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Señoras y señores se armó la fábrica de helados. Zanahoria de todas maneras, estoy pensando en uno de vino Carmenere con menta, ya estoy provista de limón y jenjibre…Es más, tengo unos litros de yogurt natural que, pese a que no está en el listado de recetas, estoy segura se puede usar a cambio de la leche o el agua.
Los sorbets, explica mi maestra, son básicamente jugo o puré de frutas naturales (al cual siempre le agrega jugo de limón para enfatizar el gusto) con un almíbar liviano.
Si se hace con pulpa de fruta la fórmula es la siguiente: 200 grs. de azúcar, el jugo de un limón, 350 grs. de pulpa y medio litro de agua. Se hierve el agua con el azúcar por un par de minutos, se agrega la pulpa, a enfriar y luego sacar, batir, enfriar, batir…si la cosa es manual.Ahora, si está disponible la máquina de helado es cosa de echarle el líquido y seguir las instrucciones del fabricante.
Los sorbetes cítricos, que es por el cual yo me la jugué hoy requieren, en vez de la pulpa, una taza de jugo. Entonces, lo que hice fue lo siguiente: el medio litro de agua, los 200 grs de azúcar-que en este caso fue de caña 100% orgánica- y la ralladura de las naranjas -valga la redundancia, 100% orgánicas- se hirvieron hasta formar un almíbar liviano y luego lo dejé reposando por un par de horas. Ya frío y muy gustoso a naranjas, lo colé, pero dejando igual un poco de cascarillas y le agregué la taza de jugo de naranja con pulpa incluida. Todo el líquido se fue a la máquina y a los 40 minutos tenía el sorbete de naranja más delicioso y que a la hora del almuerzo lo hicieron desaparecer instantáneamente.
Se imaginan uno de te verde, o de te chai y los ya más elaborados manjar con nueces, arroz con leche, o uno creme brule… ya se viene la fábrica, ya se viene…