Me encanta el aceite de oliva en todas sus variedades, mientras más sabor a oliva mejor, cuando casi parece una aceituna exprimida. Lo uso en ensaladas todo el tiempo, con una pizca de limón y casi nunca sal, a veces unto un pan fresquito directamente al aceite, más rico que el pan con mantequilla y mucho más sano (tiene un 75% menos de grasa). Lo mejor es que con sólo unas gotas cualquier plato está listo.
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Es popular en todo el mundo, aunque mucho más en el mediterráneo, sólo en España e Italia se consume el 50% de la producción mundial de este tipo de aceite. Y ellos sí que saben disfrutar, así que debe ser un buen ejemplo a seguir.
Hay algunas versiones que traen sabores como merkén, orégano, ají o el que más me gusta, albahaca. Ese aceite sí que es bueno, una sola gota y todo queda con ese aroma y sabor fresco de la inconfundible albahaca, muy de verano.
El aceite de oliva que contiene Omega 3 y antioxidantes. Estos ácidos grasos son esenciales para el organismo humano ya que disminuyen la presión arterial, reducen el colesterol, mejoran el sistema inmunológico, benefician la gestación y lactancia, y ayudan a la concentración. Una opción es el de la marca Casta de Terramater, con solo dos porciones diarias de este aceite, el cuerpo suple el 100% de su requerimiento en Omega 3.
En supermercados encuentras todas las variedades y marcas las que no varían mucho en sus precios, en general una botella de 500 ml vale aproximadamente $2.000 (USD 4).
