Muchas veces las innovaciones o nuevos descubrimientos gastronómicos vienen dados por factores que no nos permiten cocinar como siempre lo hemos hecho. Por ejemplo, cuando no podemos agregarle azúcar a las comidas, o alguien de nuestra familia es alérgico a la lactosa, o se convierte en vegano, etc.
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De esta forma comenzamos a descubrir distintas propiedades en los alimentos, como es el caso del plátano, que además de comerlo con manjar o bañado en chocolate, o convertirlo en puré para un queque, también sirve para hacer un helado consistente y cremoso.
El truco es nada más simple, tienes que pelar el plátano (ojalá justo en su punto de madurez), cortarlo en trozos, congelarlo (llevará entre 1 a 2 horas) y luego lo sacas y lo pones en la procesadora de alimentos. Ahora la sorpresa es que no obtendrás un puré, sino que un helado de cremosa consistencia y sin azúcar añadida.
Puedes probar agregándole algunas cucharadas de otros sabores para variar, como nutella, chocolate amargo, miel, crema, manjar o frambuesas.