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Diferencias entre alimento funcional y producto nutracéutico

Conoce exactamente qué es un alimento funcional y qué no es. Las diferencias con los productos nutracéuticos, que pueden tener los mismos beneficios pero otras presentaciones.

Al no existir consenso a nivel mundial sobre la definición de alimento funcional, han aparecido muchos términos que en algunos casos se utilizan como sinónimos, además del clásico “alimentos funcionales”. A la hora de establecer normativas surgen dificultades porque es necesario establecer distinciones entre los productos que se venden como “alimentos” y los productos que contienen determinados componentes que han sido aislados de alimentos y que se venden en forma de cápsulas, comprimidos, en polvo u otro tipo de producto concentrado.

En el caso de las comidas, la ingesta de la dosis diaria recomendada está más controlada, pero para el caso de las cápsulas la posibilidad de una ingesta mayor que la recomendada es más probable. Por lo tanto, se sugiere que las expresiones “alimento funcional” y “producto nutracéutico” se utilicen de forma independiente para hacer referencia a las diferentes formas de presentación.

Alimento funcional

Como explicamos anteriormente, el término “alimento funcional” fue propuesto en Japón en el año 1980 para su reglamentación, y define a los “alimentos para uso específico de la salud”. De forma general podemos definirlos como todo aquel alimento que tiene apariencia similar a la de un alimento convencional, se consume como parte de una dieta normal y además de su función nutritiva básica, se ha demostrado que presenta propiedades fisiológicas beneficiosas y/o reduce el riesgo de contraer enfermedades crónicas.

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Entre algunos ejemplos de alimentos funcionales, destacan los alimentos que contienen determinados minerales, vitaminas, ácidos grasos o fibra alimenticia, los alimentos a los que se les ha añadido sustancias biológicamente activas, como los fotoquímicos u otros antioxidantes, y los probióticos, que poseen cultivos vivos de microorganismos beneficiosos. Todo este tipo de alimentos funcionales, y con más intensidad en estos último años, van acompañados de alegaciones referentes a la salud, como por ejemplo “disminuye el colesterol” o “disminuye el riesgo de padecer cáncer”. Todo este tipo de alegaciones están muy de moda en países como Japón y Estados Unidos.

En Europa el reglamento que regula lo que es un alimento funcional y lo que no intenta complementar los principios generales de la legislación marco comunitaria en materia de etiquetado, presentación y publicidad de los productos alimenticios. Tales principios prohíben de forma general el uso de información que pueda inducir a error al comprador o que atribuya propiedades medicinales a los alimentos.

Los puntos fundamentales que deben marcar el uso y comercialización de los alimentos funcionales son:

  1. Los alimentos funcionales “no curan por sí solos y no son indispensables en la dieta: una person a sana que sigue una dieta equilibrada ya ingiere todos los nutrientes que necesita, sin que sea necesario que recurra a esta nueva categoría de alimentos.
  2. Un alimento se puede considerar funcional, si además de su capacidad natural de aportar nutrientes, actúa de forma positiva y benéfica sobre una o varias funciones del organismo de manera que contribuyan a mejorar la salud y el bienestar o a reducir el riesgo de padecer enfermedades.
  3. Los alimentos funcionales son al fin y al cabo alimentos y deben demostrar sus efectos en las cantidades que se consideren normales para su consumo en la dieta.
  4. Las propiedades de los alimentos funcionales deben ser probadas y respaldadas por estudios científicos serios, para avalar la veracidad de sus funciones y propiedades.

Producto nutracéútico

Un compuesto nutracéutico puede definirse como “un suplemento dietético, presentado en una matriz no alimenticia (píldoras, cápsulas, polvo, etc.), de una sustancia natural bioactiva concentrada, presente usualmente en los alimentos y que, tomada en dosis superior a la existente en esos alimentos, presumiblemente, tiene un efecto favorable sobre la salud mayor que el que podría tener el alimento normal”.

La diferencia con los alimentos se basa, en que éstos suelen ser sintetizados de forma artificial y en su mayoría no tienen un origen biológico natural. Además, también se diferencian de los extractos e infusiones de hierbas y similares en la concentración de sus componentes y en que este último grupo no tiene por que tener una acción terapéutica. Debido a estas diferencias existe, actualmente, una gran confusión social respecto a estos productos.

Como nutracéutico también se conocen a los componentes de los alimentos o partes del mismo que aportan un beneficio añadido para la salud, capaz de proporcionar beneficios en la prevención y el tratamiento de enfermedades.

Además un agente bioactivo, nutracéutico, se puede administrar como tal en forma concentrada o ser adicionado a un alimento natural para incrementar en éste las propiedades funcionales en el sentido en el que las hemos definido.

Al igual que hicimos anteriormente, acabaremos definiendo unos puntos fundamentales sobre los nutracéuticos:

  1. Un nutracéutico no es un alimento en sí, sino un producto que contiene algunos componentes del alimento funcional de forma más o menos aislada.
  2. Su presentación puede recordar a la de los medicamentos: polvo, cápsulas, píldoras.
  3. Un nutracéutico no pretenden curar nada a corto plazo, sino prevenir algún tipo de patología, y sólo si se incluyen en una alimentación saludable.

No podemos confundir los términos de alimento funcional y producto nutracéutico. El alimento funcional debe tener la apariencia de un alimento normal. Los nutracéuticos pueden tener la apariencia de un medicamento.

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