Hay historias que sobreviven incendios, pandemias, modas y hasta la impaciencia de las audiencias modernas. Noche de Reyes o lo que quieran, esa comedia que Shakespeare escribió con malicia y genialidad, regresa a Quito en un montaje que se atreve a viajar 400 años en el tiempo sin perder ritmo.
La nueva propuesta dirigida por César Salazar revive el teatro isabelino con maquillaje inspirado en la época, vestuario confeccionado como en 1600, estructura de madera en lugar de pantallas, y, sí, actores hombres interpretando personajes femeninos, tal como se hacía entonces.

Gemelos, confusión y una dosis generosa de caos romántico
Si hay algo que Shakespeare dominaba mejor que nadie era el arte del enredo emocional. Aquí lo vuelve a demostrar con Viola y Sebastián, dos gemelos náufragos que se pierden, pero sobreviven.
Viola, mujer práctica y valiente, decide disfrazarse de hombre para poder trabajar en la corte del duque Orsino, así nace Cesario, un personaje que provoca suspiros, confusiones y una cadena de amores contradictorios que harían sudar a cualquier guionista de telenovela.
Olivia, la condesa que juró no ver a nadie por estar de luto, cae rendida por Cesario sin imaginar que no es él… sino ella. Y cuando Sebastián reaparece, el caos se vuelve fiesta. Nada como identidades cruzadas, certezas equivocadas y el encanto irresistible del error humano para recordarnos que también somos una mezcla de intuición y desastre.
Belleza histórica sin riesgos modernos
Aunque el montaje honra la estética isabelina, nadie salió envenenado por el maquillaje blanco de plomo, como ocurría en 1600. El equipo reproduce la apariencia con técnicas actuales, manteniendo los tonos intensos, los contornos marcados y esa teatralidad que convierte a cada personaje en un lienzo vivo.
El escenario se mantiene fiel al estilo con una estructura única, sin cambios de fondo, donde la historia fluye gracias a la imaginación y al ingenio. La iluminación también recrea la atmósfera de la época y la música renacentista envuelve al público incluso antes de que empiece la función.

Un elenco masculino que se atreve a todo
Siguiendo la tradición isabelina, todos los roles son interpretados por actores hombres, hecho que se siente como un acto de entrega teatral absoluto.
Alfredo Espinosa se convierte en una Olivia; Javier Taco se multiplica entre Viola y Cesario con una precisión emocional admirable; y el resto del elenco, Pablo Aguirre, Juan Pablo Acosta, Javier Campaña, José Miguel Sandoval, Gonzalo Nuñez Caviedes, Andrés Oviedo, Isaac Montoya y César Salazar, dominan el humor, el sarcasmo y ese espíritu juguetón que Shakespeare habría celebrado entre carcajadas.
Noche de Reyes o lo que quieran llega como una verdadera celebración del teatro en su esencia más viva, del humor inteligente, del caos y esa libertad que aparece cuando dejamos de tomarnos todo tan en serio. Podrás disfrutarla en diciembre, los sábados a las 20:00 y los domingos a las 16:00, el 13, 14, 20 y 21, en el Teatro Victoria, en Pinar Alto.

