Aislinn Derbez atraviesa uno de los momentos más devastadores de su vida. El pasado 24 de noviembre, su madre, la reconocida actriz de doblaje Gabriela Michel, falleció a causa de un infarto. La noticia, confirmada inicialmente por la ANDI, conmocionó al medio artístico y dejó a la familia sumida en un profundo duelo. Más tarde, Aislinn compartió un mensaje lleno de honestidad y vulnerabilidad: “Con profunda tristeza comparto que mi mamá falleció a causa de un infarto. En este momento necesito vivir mi duelo en paz, en compañía de mi familia, y procesar esta despedida desde un lugar de amor. Les agradezco su respeto”.

Hace unos meses, la actriz abrió su corazón en el podcast Se Regalan Dudas, donde habló sobre una revelación profundamente personal: fue su hija Kailani quien la ayudó a sanar heridas antiguas y a reconstruir la relación con su madre desde un lugar de comprensión y libertad emocional.
Sanar la infancia a través de la maternidad: la revelación más honesta de Aislinn
En el episodio titulado “Elegí ser libre, no perfecta”, Aislinn Derbez reflexionó sobre un tema universal y poderoso: cómo la maternidad la obligó a detenerse, mirarse al espejo y reconocer los patrones aprendidos en su infancia.

La actriz explicó que, al convertirse en madre, comenzó a notar comportamientos que no le pertenecían del todo. Estaba “espejeando”, repitiendo inconscientemente dinámicas y reacciones emocionales heredadas de su propia crianza, especialmente de la relación entre sus padres, Eugenio Derbez y Gabriela Michel, quienes se separaron cuando ella era muy joven.
Lo que podría haber sido una repetición automática de historias pasadas, se convirtió en un punto de quiebre. La llegada de Kailani fue, según Aislinn, el inicio de una transformación profunda.
“Mi hija me ha liberado, me ha ayudado a sacar todo lo que es incomodísimo, dolorosísimo y rudísimo. No le podría agradecer lo suficiente. Me da mucho sentimiento porque sé que cuando sea grande va a ver este episodio y entenderá lo sabia que ha sido desde tan pequeña”.
Elegir ser libre, no perfecta: cómo Kai cambió su historia familiar
Uno de los momentos más potentes del episodio surge cuando Aislinn reconoce que su evolución como mujer y como madre se debe, en gran parte, a su hija. La actriz explicó que, al criar a Kai desde un lugar más consciente, también pudo ver con mayor claridad aquello que necesitaba sanar con su mamá. Dejó de exigirle la perfección que ella misma había sentido que debía tener, para dar paso a la empatía y la comprensión.
Ese cambio, dice, fue la clave para reconstruir una relación que cargaba con años de silencio emocional.
“Nuestra relación no es perfecta; tenemos muchos roces y chocamos muchísimo. Y es justo porque mi relación con mi madre no fue fácil. Eso se espeja muchísimo cuando tienes hijas. No es una relación de miel sobre hojuelas, pero ha sido una relación que me ha transformado, me ha cambiado, me ha expandido y que me ha liberado.”
— Aislinn Derbez

Aislinn compartió que hoy se siente orgullosa del ejemplo que le da a su hija: una mujer que persigue sus sueños, que se permite sentir, equivocarse y levantarse. Un modelo distinto al que ella vivió, pero que honra su historia familiar desde un lugar más luminoso.
“Ella es demasiado sabia, y aunque tengamos roces y momentos complicados, nuestra relación es una de las cosas más hermosas de mi vida. Me ha enseñado que el amor real no es fácil, que exige trabajo y presencia, pero también que es lo más transformador que existe.”
Esta es una historia que nos recuerda algo profundo y universal: sanar el vínculo materno no solo transforma la relación con nuestra madre, también redefine la manera en que nos convertimos en madres nosotras mismas. Este proceso es especialmente crucial cuando llega un hijo, porque la maternidad actúa como un espejo que ilumina heridas, patrones y aprendizajes que creíamos enterrados.
Sanar es un proceso interno, lento y profundo, que te permite romper ciclos, mirar a tu niña interior y decidir, con plena conciencia, el tipo de mamá que quieres ser.

