Las cosas por limpiar es una miniserie de Netflix que se sumerge en las capas más profundas de la vida de Alex, interpretada por Margaret Qualley, una madre joven que decide escapar de una relación abusiva para proteger a su hija Maddy.
Después de huir sin casi nada, se ve obligada a sobrevivir haciendo trabajos domésticos, caminando por casas ajenas para limpiar, arrastrar sus sueños y acumular esperanzas.
Lo poderoso de esta serie es cómo pone en primer plano lo que muchas veces no se ve: la violencia doméstica, la precariedad laboral, y el sistema social que deja a muchas mujeres sin una red de apoyo. Alex no solo limpia casas, sino que también trata de limpiar las cicatrices de su pasado, enfrentando demonios emocionales y estructurales.

Lo real detrás de la ficción
Detrás de esta historia no hay solo guionistas, sino una vida real. Las cosas por limpiar está basada en las memorias de Stephanie Land, en su libro Maid: Hard Work, Low Pay, and a Mother’s Will to Survive. Land relata cómo, como madre soltera, pasó semanas sin comer lo necesario y durmiendo en espacios precarios. Eso da una carga emocional muy auténtica a la serie, ya que no es solo ficción, es la experiencia de miles de mujeres invisibilizadas.
Además, la autora ha señalado que es importante que su historia llegue más allá de su identidad, porque, aunque ella es blanca, como la protagonista de la serie, Land quiso que la serie mostrara la diversidad en el trabajo doméstico, donde muchas empleadas son personas de color.
¿Por qué verla a pocos días antes del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer?
- Visibiliza la violencia doméstica: La serie no es solo un drama, es un reflejo de lo que muchas mujeres viven. Al contar cómo Alex escapa de su pareja violenta, muestra las dificultades reales que existen para romper ciclos de abuso.
- Reconoce el trabajo no remunerado o mal pagado: Al enfocarse en el trabajo de limpieza, la serie pone en valor lo que tradicionalmente no se ve, como el sudor, la dignidad y el esfuerzo de quienes limpian para sobrevivir.
- Explora la burocracia social: Alex debe lidiar con un sistema de asistencia social complejo, con trámites legales para la custodia de su hija, y con vivienda insegura. Esto muestra cómo las barreras institucionales muchas veces, en lugar de ayudar, dificultan la salida del abuso.
- Inspira resiliencia y empoderamiento: A pesar del dolor, Alex se rehace día a día, la protagonista trabaja, escribe, busca ayuda psicológica, y encuentra fuerza en su propia voz. Su lucha no es solo para sobrevivir, sino para transformar su realidad y la de su pequeña hija.

Las lecciones que deja la serie
Esta producción nos recuerda que detrás de quienes limpian casas hay vidas completas, historias y sacrificios. La serie humaniza un trabajo que muchas veces es menospreciado. Por otro lado, esta serie evidencia que huir del abuso no es un acto fácil ni instantáneo, pero sí posible, y que pedir ayuda es un acto de valentía.
Además, ya sea por medio de grupos terapéuticos, servicios de asistencia social o redes comunitarias, el apoyo marca la diferencia. La serie enseña que la resistencia puede brotar desde lo más cotidiano.

Un mensaje esperanzador
Aunque el tema sea duro, Las cosas por limpiar no se queda en la oscuridad. La narrativa de Alex no es solo dolorosa, también es tierna, a veces hasta divertida, cuando ella fantasea durante sus jornadas de limpieza o cuando escribe sus recuerdos. Esa mezcla de humor y ternura la hace más humana y cercana.
Ver esta serie posibilita comprender lo invisible, celebrar cada paso hacia adelante, y recordar que muchas mujeres limpian más que casas; limpian sus miedos, su pasado, y construyen su futuro.

A pocos días del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, Las cosas por limpiar es más que entretenimiento, es una invitación a mirar con más atención, a empatizar y apoyar. Nos recuerda que las historias de violencia y pobreza no son solo estadísticas, sino vidas reales.

