A más de tres décadas de coronarse Miss Universo 1991, Lupita Jones sigue siendo un referente indiscutible en el mundo de los certámenes de belleza. Su experiencia como exdirectora de Miss Universo México le permite analizar con autoridad los cambios y controversias que atraviesa la franquicia. En los últimos días, Jones ha denunciado sin filtros las irregularidades que, según ella, están marcando la organización: “Ya no se trata de las chavas, sino de los escándalos”, aseguró en una reciente entrevista.
Jones ha hablado sobre la crisis interna que vive el certamen, desde la venta del 50% de los derechos de la marca por JKN Global Group a Legacy Holding, propiedad del mexicano Raúl Rocha Cantú, hasta la supuesta subasta de licencias sin filtros de seguridad contra posibles irregularidades: “La forma en la que lo hicieron fue poco profesional. Pusieron en subasta las licencias: ’si quieres ser director, el que dé más’, sin importar los antecedentes de la persona y de dónde viene su dinero”.
La exdirectora mexicana también señaló que la auditoría realizada por Grant Thornton, encargada de supervisar los negocios y asuntos de JKN Global Group, no garantiza que la próxima Miss Universo sea respaldada de manera adecuada: “Lo que queda claro es que no hay una cabeza. No hay una cabeza en Miss Universo”. Su testimonio llega justo en vísperas de Miss Universo 2025, cuya antesala ha estado marcada por tensiones y polémicas que han puesto a las candidatas y a la organización en el centro del debate mediático.
Miss Universo 2025: polémicas y tensión
Entre los eventos que han captado mayor atención destaca la representante mexicana Fátima Bosch, quien protagonizó un enfrentamiento con Nawat Itsaragrisil, director de Miss Grand International y directivo local en Tailandia. Según reportes, Itsaragrisil presuntamente la insultó frente a otras concursantes, llamándola “cabeza hueca”, lo que provocó que varias candidatas salieran en su defensa.
A esto se sumó un accidente en el pie, causado por un vidrio, que no impidió que Bosch cerrara la pasarela preliminar con un majestuoso vestido de gala dorado y posteriormente desfilara con un traje típico inspirado en Xochiquétzal, diosa mexica de la fertilidad y la belleza.
No solo la delegación mexicana ha estado bajo los reflectores. La representante de Jamaica, Dra. Gabrielle Henry, sufrió una caída durante la preliminar, siendo retirada en camilla, un incidente que generó preocupación entre los organizadores y los fanáticos.
El certamen también ha enfrentado conflictos internos. El pianista Omar Harfouch, miembro del jurado, renunció tres días antes de la final, denunciando la existencia de un comité “clandestino” encargado de preseleccionar a las 30 finalistas, aunque la Organización Miss Universo negó las acusaciones. A esto se suma la polémica de la exCEO Anne Jakrajutatip, acusada de incluir información financiera falsa o engañosa en sus estados financieros, lo que ha generado cuestionamientos sobre la transparencia y la ética dentro de la organización.
Otros detalles de interés incluyen la participación de Naima Acosta, modelo mexicana que representa a Suiza, y la destacada constancia de la representante de Costa Rica, quienes han captado la atención del público en las competencias previas.
Estos hechos, combinados con las denuncias de Lupita Jones, reflejan que Miss Universo 2025 va más allá de un concurso de belleza. La edición actual se ha convertido en un escenario donde tensiones, escándalos y desafíos organizativos se mezclan con el esfuerzo y la resiliencia de las candidatas.

